La agricultura desempeña un papel decisivo con miras a ofrecer empleo productivo y oportunidades empresariales a los jóvenes en África. A medida que el sector avanza hacia una nueva era de “Agricultura 4.0”, donde las soluciones se encuentran en la digitalización, la automatización y la inteligencia artificial, los jóvenes expertos en tecnología pueden ser fundamentales para transformar los sistemas alimentarios en sus naciones. Esta columna argumenta que los gobiernos africanos y los socios para el desarrollo deben adoptar políticas para alentar a más jóvenes a que participen en el sector agrícola y promover una mayor seguridad alimentaria.
Los sistemas actuales de producción, procesamiento, distribución y consumo de alimentos del mundo son ampliamente reconocidos como insostenibles desde perspectivas ecológicas y sociales. Según las proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), si se mantienen los actuales sistemas insostenibles de producción de alimentos, podría ser difícil alimentar a la creciente población humana, que se espera que alcance cerca de los diez mil millones para 2050.
Los analistas de políticas agrícolas y sistemas alimentarios están demandando una transformación sistemática de los sistemas alimentarios para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional, la equidad, la eliminación de la pobreza, la sostenibilidad ecológica y otros objetivos del desarrollo sostenible. La participación de los jóvenes es clave para hacer esta transición hacia sistemas alimentarios sostenibles. Especialmente en los países en desarrollo, donde vive la mayoría de los jóvenes y donde los sistemas agroalimentarios constituyen el mayor empleador.
En muchos países en desarrollo de África, los jóvenes desempeñan activamente muchas funciones y espacios en todo el sistema alimentario. Desempeñan roles vibrantes y diversos como productores de alimentos al contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional de sus hogares y comunidades; como empresarios e innovadores que aprovechan la tecnología para revolucionar el campo de la agroindustria; y como agentes de cambio (ambientalistas, investigadores, activistas, periodistas, etc.), creando conciencia en sus comunidades sobre las formas de volverse más resistentes a los choques climáticos.
La mayoría de los jóvenes de los países africanos se encuentran en zonas rurales, donde son reclutados para la agricultura desde la infancia a través de la agricultura familiar de subsistencia y el plan de estudios educativo. Muchos países en desarrollo del África subsahariana están experimentando un aumento de la población joven, y las personas de entre 15 y 34 años constituyen más del 40% de la población. Por lo tanto, los jóvenes son un grupo demográfico importante en el desarrollo africano, y hoy en día, la mayoría de las intervenciones agrícolas se dirigen a este grupo para aumentar su participación en el desarrollo agrícola y económico.
Una de esas iniciativas es el programa Byte by Byte Policy Innovation, una estrategia política que está activa en siete países africanos: Costa de Marfil, Ghana, Kenia, Marruecos, Nigeria, Ruanda y Senegal. Esta estrategia busca transformar los sistemas alimentarios africanos utilizando tecnologías digitales, examinando el papel de las innovaciones y políticas institucionales en la mejora del acceso de los agricultores a los mercados, la información y las tecnologías digitales.
En ausencia de apoyo financiero y técnico, la productividad de los jóvenes en la economía rural puede verse restringida debido a barreras de producción como la falta de acceso a recursos. Tienden a cultivar en terrenos más pequeños, prefiriendo temporadas más cortas y empresas agrícolas de alto valor, como la producción hortícola, las aves de corral, la apicultura y la cría de conejos.
El financiamiento agrícola que está particularmente dirigido a los jóvenes será clave para apoyar a la juventud, como lo demuestra el Empower Bank en Zimbabue. En otros países (como la República Democrática del Congo, Mozambique, Ruanda y Tanzania) los gobiernos se han asociado con empresarios y agencias de financiación para ofrecer apoyo financiero y técnico a los jóvenes y ayudarlos a desarrollar propuestas de agronegocios “financiables”. Oportunidades como estas están haciendo una gran diferencia en la promoción de los jóvenes en la agricultura.
A pesar de las iniciativas para promover la producción agrícola y la participación de los jóvenes en la agricultura, la producción agrícola en el continente africano sigue siendo baja en comparación con el resto del mundo. Esto se ve agravado por las presiones que enfrentan los agricultores debido a la crisis climática, así como por la baja adopción de tecnologías modernas que pueden mejorar su productividad frente a las amenazas climáticas.
El mundo de hoy está impulsado por muchas nuevas tecnologías, incluidas las blockchains, la inteligencia artificial y el Internet. En comparación con los agricultores mayores, los agricultores jóvenes son más innovadores y adoptan mejor las tecnologías modernas. Los jóvenes pueden convertir esta revolución digital en acción climática para sistemas alimentarios sostenibles en África.
Históricamente, la agricultura fue rechazada por muchos jóvenes y percibida como un dominio para los pobres y menos educados. Hoy en día, más jóvenes son atraídos hacia la agricultura gracias a las tecnologías agrícolas modernas que ayudan a intensificar la producción y aumentar los ingresos. Mediante el uso de las plataformas de redes sociales, algunos de estos jóvenes “agro emprendedores” publicitan sus empresas e inspiran a sus seguidores a aventurarse en la agroindustria.
Además, los pueblos de África a menudo invierten en actividades que apoyan e influyen en la cadena de valor alimentario. Entre los partidarios de la cadena de valor se encuentran banqueros, asesores, corredores y proveedores de crédito, maquinaria y otros servicios diversos. Otros desempeñan un papel importante en la transformación de los sistemas alimentarios de su nación como influenciadores de la cadena de valor: estudiantes, investigadores, legisladores y activistas climáticos.
La necesidad de una producción basada en el conocimiento ha llevado a un aumento significativo en el número de jóvenes investigadores que se dedican a la investigación y descubren formas innovadoras de resolver los diversos desafíos que enfrentan los sistemas agroalimentarios africanos. Por ejemplo, los jóvenes son considerados partes interesadas importantes en los programas de investigación de organizaciones como el Consorcio de Centros Internacionales de Investigación Agrícola [Consortium of International Agricultural Research Centers] (CGIAR) y las negociaciones internacionales sobre el cambio climático.
Las iniciativas lideradas por el sector privado, como la Cumbre de la Juventud Agrícola apoyada por Bayer, también están creando oportunidades para que los jóvenes de todo el mundo discutan los desafíos de la seguridad alimentaria y compartan información sobre las oportunidades disponibles en la agricultura. Todas estas actividades ofrecen oportunidades para construir y transformar el sistema alimentario africano como un negocio.
Conclusión
Al examinar la evidencia sobre oportunidades, desafíos y políticas, esta columna analiza el papel que los jóvenes pueden desempeñar en la transformación de los sistemas alimentarios africanos. A pesar de los desafíos, como es el escaso acceso a la tierra, el crédito y los mercados, el contexto económico en el que operan los jóvenes les ofrece una variedad de oportunidades para transformar los sistemas alimentarios africanos y generar ingresos.
Las limitadas oportunidades económicas y de empleo en los sectores urbanos y no agrícolas en la mayoría de los países africanos han aumentado el interés de los responsables de la formulación de políticas y los planificadores del desarrollo en la “transformación rural inclusiva para los jóvenes”, donde la agricultura en las zonas rurales idealmente debería ser intensiva y con visión comercial. Las intervenciones futuras deben basarse en enfoques que incorporen las aspiraciones de los jóvenes y aborden los desafíos asociados con el acceso a los recursos, como la tierra y el crédito.
Se debe hacer más para inspirar a los jóvenes, especialmente en el sector rural, a participar en la agricultura e integrarlos en las cadenas de valor agrícolas mediante:
- Transformar las zonas rurales a través de inversiones en infraestructura y otros servicios.
- Apoyar proyectos de agronegocios juveniles con subvenciones competitivas.
- Demostrar el éxito de la agroindustria dirigida por jóvenes en las redes sociales y otros medios de comunicación.
- Mejorar el desarrollo de habilidades a través del aprendizaje y el intercambio de información.
Tales intervenciones contribuirán a mejorar la seguridad alimentaria y nutricional y también ayudarán a abordar el desafío del envejecimiento de la población agrícola de África.
Un joven zimbabuense en la avicultura.