Medio ambiente, energía y naturaleza

Adoptar la resiliencia: cómo los ugandeses están cambiando sus hábitos en respuesta al cambio climático

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by

Pauline Nakitende

Uganda es uno de los países más vulnerables al cambio climático, ya que experimenta patrones de lluvias impredecibles, sequías prolongadas y aumento de las temperaturas. El artículo explica cómo, a raíz de estos desafíos, los ugandeses están adoptando la resiliencia y cambiando su forma de vida. Sus soluciones van desde métodos agrícolas creativos hasta actividades comunitarias de preparación para desastres.

Introducción al cambio climático en Uganda

Al igual que muchos otros países, Uganda se enfrenta a amenazas críticas para sus poblaciones y ecosistemas debido a los efectos adversos del cambio climático, que incluyen sequías duraderas y patrones de lluvias impredecibles. En las últimas décadas, las lluvias en Uganda han provocado frecuentes desbordamientos de ríos, avalanchas de lodo y deslizamientos de tierra que han cobrado vidas y propiedades, principalmente en zonas montañosas del país. Mientras tanto, las personas que viven en zonas bajas se enfrentan a inundaciones.

Las frecuentes y prolongadas temporadas de sequía también han provocado la pérdida de ganado y cultivos. El país experimentó 20 inundaciones, 40 epidemias, nueve sequías y cinco deslizamientos de tierra entre 1900 y 2018. Más de 200,000 personas perdieron la vida a causa de estos desastres naturales, y se han producido al menos 80 millones de dólares en pérdidas económicas.

Las temperaturas están aumentando y los patrones de precipitaciones están cambiando en Uganda. Las investigaciones indican que estas tendencias continuarán, amenazando aún más la estabilidad de los ecosistemas, la agricultura y los suministros de agua. 

Los rendimientos de los cultivos están siendo devastados por enfermedades, plagas y condiciones climáticas impredecibles que causan escasez de alimentos e inestabilidad económica en la mayoría de las áreas rurales. Además,  el suministro de agua potable, para cultivo e higiene se ve influenciado por estas condiciones climáticas cambiantes. Las comunidades no pueden acceder fácilmente a los suministros de agua para satisfacer sus necesidades diarias, lo que pone en riesgo su salud y altera sus vidas. Todos estos problemas requieren una intervención inmediata con soluciones que aumenten la resiliencia al cambio climático.

Estrategias de adaptación resiliente

Los habitantes de Uganda han demostrado su voluntad de adaptar su vida cotidiana al cambio climático de diversas maneras. Aquí hay tres ejemplos importantes que muestran cómo:

  1. Agricultura – Los agricultores de Uganda se están adaptando de manera resiliente a los desafíos provocados por el cambio climático, con el objetivo de lograr medios de vida sostenibles y seguridad alimentaria dentro de las comunidades. La agroforestería es una de las prácticas que se están adoptando. Esto integra árboles con arbustos en las tierras de cultivo para mejorar la salud de los suelos y aumentar la biodiversidad. Otras prácticas incluyen la adopción de formas creativas de recolección y conservación del agua y métodos de riego eficientes como el riego por goteo. Estos esfuerzos son impulsados por una variedad de organizaciones, incluidos organismos gubernamentales, organizaciones internacionales, ONG, institutos académicos y de investigación, cooperativas y asociaciones de agricultores y el sector privado.

Diversas variedades de cultivos y razas de ganado resistentes al clima se consideran para la adaptación a condiciones climáticas cambiantes. Un proyecto de la Federación Nacional de Agricultores de Uganda ha permitido a 100,000 agricultores tener acceso a información sobre cómo prepararse para el cambio climático a través de la tecnología de los teléfonos móviles. Dichos avisos, con pronósticos meteorológicos estacionales, han reducido las pérdidas y daños a las cosechas hasta en un 65% (US$ 474-573 por hogar, por año).

  • Energía – Un número cada vez mayor de ugandeses está recurriendo a soluciones de energía solar para satisfacer las necesidades energéticas rurales. Según la Revisión de Políticas Energéticas para Uganda (2023) de la Agencia Internacional de la Energía, se han establecido varios proyectos solares con el potencial de ofrecer suministro de electricidad para uso productivo a hogares, empresas y centros comunitarios fuera de la red. El 10% de los hogares funcionan con instalaciones de energía solar, mientras que el 20% se beneficia del acceso restringido a través de linternas solares, entre otras modestas soluciones de iluminación solar. Estos se basan en la colaboración entre el gobierno, la comunidad empresarial, las instituciones educativas, la sociedad civil y los socios para el desarrollo.

Con 4,489,500 hogares en Uganda que utilizan queroseno como fuente principal de iluminación, el costo estimado de actualizar todos estos hogares con sistemas de iluminación solar es de aproximadamente US$ 710 millones, que es aproximadamente el 2% del PIB de la nación durante un año. Esto se traduciría en un notable ahorro anual para los hogares, ya que sus gastos de iluminación se reducirán en US$ 2.77 mensuales.

La adopción de la energía solar puede reducir el uso de combustibles fósiles y desarrollar una solución más sostenible y respetuosa con el medio ambiente para las comunidades. Los proyectos de energía de biomasa también están siendo explorados y ejecutados por varios grupos, incluidas autoridades gubernamentales, agencias extranjeras, organizaciones corporativas y ONG. Esto está haciendo que las comunidades se orienten hacia fuentes de energía más sostenibles, como los residuos agrícolas y las astillas de madera. Esto ayuda a reducir las emisiones de carbono y promueve prácticas energéticas más limpias y ecológicas.

  • Desastres– los ugandeses son proactivos en mejorar sus formas de prepararse para los desastres, colocando sistemas de alerta temprana y planes de evacuación en zonas vulnerables. Esto se logra aplicando el poder de la tecnología y las redes comunitarias para ayudar a reducir los impactos de los desastres relacionados con el clima, protegiendo a los residentes de cualquier daño. Los programas de capacitación y desarrollo de capacidades también han empoderado a las personas con el conocimiento y las habilidades necesarias para responder eficazmente a los desastres. Una combinación de instituciones gubernamentales, organizaciones internacionales y ONG son importantes para advertir y capacitar a las personas.

Resiliencia para un futuro mejor

Aunque el cambio climático es un reto, la capacidad de adaptación y resistencia de los ugandeses permite albergar esperanzas de un futuro sostenible. Con las tecnologías en agricultura, gestión del agua, energías renovables y preparación ante catástrofes, entre otras, las comunidades ugandesas tienen la oportunidad de ser aún más resilientes. Lo que se interpone entre el estado actual y uno de mayor resiliencia incluye la concienciación, la educación y la acción unificada. Al cooperar en estrategias sostenibles, los ugandeses demuestran que las respuestas proactivas frente al cambio climático pueden dar un futuro brillante y producir resiliencia.

Pauline Nakitende
Investigadora asociada, Centro de Investigación de Política Económica (EPRC)