El desarrollo económico sostenible en África subsahariana solo será posible si los pueblos y ciudades de la región prosperan. Esta columna destaca el papel crítico que los gobiernos nacionales deben desempeñar para guiar la transición urbana. Las Políticas Nacionales Urbanas pueden ayudar a asignar responsabilidades a nivel más apropiado de gobierno y asegurar que tengan la capacidad y los recursos para cumplir su función.
Lagos está en camino de convertirse en el área urbana más grande que el mundo haya visto. Con las tasas actuales de crecimiento de la población y la urbanización, la antigua capital de Nigeria alcanzará los 88 millones de residentes en el 2100, más del doble de la población actual de Tokio, la ciudad más grande hoy. Para finales del siglo, se proyecta que las tres ciudades más grandes del mundo estén en África.
En toda África, los pueblos y ciudades están surgiendo como centros de esperanza y oportunidades económicas. Los ingresos medios y la esperanza de vida son más altos en las áreas urbanas, que en las rurales por lo que no sorprende que las poblaciones rurales se estén mudando a las ciudades.
El crecimiento del PIB superó el crecimiento de la población en las ciudades africanas en 2015.
Fuente: Coalition for Urban Transitions
Dado que la urbanización se ha correlacionado históricamente con el desarrollo económico, la transición urbana africana tiene el potencial de ofrecer una mejor calidad de vida a millones de personas. Sin embargo la urbanización en África es muy distinta a la de otras partes del mundo.
Urbanización en África Subsahariana
Los pueblos y las ciudades de la región están creciendo muy rápidamente, pero con niveles de ingresos más bajos y con menos capacidad gubernamental que la que se ha visto históricamente en otros continentes. Esto significa que muchos hogares urbanos son demasiado pobres para pagar el costo total de la vivienda y los servicios, pero los gobiernos carecen de los recursos para subsidiar a los grupos de más bajos ingresos.
A diferencia de la urbanización histórica en otras regiones, la urbanización y el PIB real per cápita no se correlacionan necesariamente en África subsahariana (1990-2017).
Fuente: Coalition for Urban Transitions
Debido a que muchas personas están excluidas, financiera o políticamente de la propiedad formal y los mercados laborales, la informalidad está muy extendida: el 76% de la fuerza laboral tiene un empleo informal, lo que genera hasta la mitad del valor agregado fuera de las actividades agrícolas.
Esto crea un ciclo vicioso. La gran proporción de personas que viven y trabajan en el sector informal, dificulta a que los gobiernos recauden impuestos. Sin ingresos suficientes, los gobiernos locales luchan para proporcionar transporte público, agua, saneamiento o electricidad a precios razonables. Sin embargo, sin estos servicios, las personas están atrapadas en la pobreza y la informalidad.
El contraste con las ciudades prósperas en el Norte global puede ser asombroso. El presupuesto municipal de Accra, Ghana, es de solo US $12.5 por persona por año. Mientras tanto, en la ciudad de Nueva York gasta hasta US $9,500, 760 veces más.
Presupuestos municipales per cápita estimados en ciudades africanas seleccionadas.
Fuente: Coalition for Urban Transitions
¿Cómo pueden los gobiernos nacionales romper este ciclo?
Las Políticas Nacionales Urbanas (NUP, por sus siglas en inglés) están surgiendo como un instrumento invaluable para romper la gobernabilidad saturada y proporcionar un marco nacional claro para coordinar el gobierno, la sociedad civil, el sector privado y los donantes. Las Políticas Nacionales Urbanas ayudan a asegurar que cada tipo de infraestructura y servicios sean entregados por el nivel más apropiado de gobierno.
Muchos de los servicios se administran mejor a nivel local, desde la zonificación del uso de la tierra hasta la gestión de residuos. Dado que los gobiernos municipales en África a menudo son débiles, las Políticas Nacionales Urbanas pueden ayudar a los gobiernos nacionales a otorgar a los municipios no solo la responsabilidad de entregar infraestructura y servicios, sino también la autoridad, los recursos y la capacidad para hacerlo.
Las Políticas Nacionales Urbanas también pueden asignar responsabilidades a niveles más altos de gobierno. Por ejemplo, los gobiernos nacionales o regionales están mejor posicionados para administrar la infraestructura regional, como las redes eléctricas, para controlar las cuencas de agua y otros temas que se extienden más allá de los límites municipales. También están mejor ubicados para diseñar estándares consistentes en áreas tales como códigos de construcción y emisiones de vehículos.
Al menos 18 países africanos han creado Políticas Nacionales Urbanas, con énfasis en mejorar la infraestructura y los servicios. La mayoría se introdujeron después de 2011.
La mayoría de las Políticas Nacionales Urbanas en África se adoptaron después del 2011 y se centran en infraestructura y servicios; la planificación del territorio, y la rendición de cuentas.
Fuente: Coalition for Urban Transitions
Pero incluso donde existen Políticas Nacionales Urbanas, el progreso en su implementación ha sido lento. Los gobiernos nacionales luchan para guiar la política local y las capas de políticas que se han acumulado a lo largo de los años. También pueden dudar en renunciar a cualquier poder, en particular donde las ciudades están gobernadas por partidos de la oposición.
Sin embargo, el desarrollo económico sostenible en África solo será posible si los pueblos y ciudades de la región prosperan. Las ciudades exitosas no solo son importantes para el crecimiento económico: la estabilidad política en todo el continente dependerá de la creación de vidas y medios de vida dignos para la creciente población urbana.
Solo en Lagos, las vidas de 88 millones de personas dependerán de las decisiones que tomen los gobiernos nacionales en la actualidad.