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La política china de un solo hijo: efectos en la proporción de los sexos y la delincuencia

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Lisa Cameron, Xin Meng and Zhang Dan-dan

La política de un solo hijo de China y la enfática preferencia de los padres chinos por tener hijos y no hijas produjo un profundo sesgo en la proporción de los sexos. En este artículo se informa sobre estudios que muestran que la intensa presión financiera en los hombres chinos para atraer a una pareja y el impacto en el comportamiento de ser criado en un entorno muy masculino, hacen que sea más probable que participen en actividades delictivas. Incluso si el fin de la política de un solo hijo genera una recuperación de la cantidad de niñas, se necesitará por lo menos una generación para que la proporción de hombres y mujeres en edad para casarse se acerque a la paridad.

Se ha disparado la delincuencia en China: los índices de delincuencia se han más que sextuplicado en las últimas tres décadas. Algunas causas probables son el crecimiento económico extraordinario y la creciente desigualdad, la masiva migración del campo a las ciudades y la erosión de los valores tradicionales.

La política china de un solo hijo es otra posible explicación. Si bien ha subido vertiginosamente la delincuencia, la política de un solo hijo y la clara preferencia de los padres chinos por tener hijos en vez de hijas, ha dado lugar a que haya aproximadamente 120 niños por cada 100 niñas en China, es decir hay 30 millones de niños ‘excedentarios’.

Estos hombres jóvenes en exceso, que sobre todo vienen de un entorno socioeconómico más bajo, están saliendo en grandes cantidades del área rural para ir a buscar empleo en las ciudades industriales de China. Muchos de ellos tendrán enormes dificultades para encontrar una esposa. Y si además consideramos que los hombres jóvenes solteros son los principales autores de delitos en el mundo entero y cometen más de dos tercios de los crímenes violentos y relacionados con propiedad en China, podemos concluir que se han sembrado las semillas para una explosión de los crímenes.

La política china de un solo hijo

La política de un solo hijo de China se lanzó en 1979 y limitó a las parejas urbanas a tener sólo un hijo. En muchas áreas rurales fue permitido tener un segundo hijo si es que el primer hijo era una niña. La cultura fuerte de tener preferencia por un hijo (sobre todo en el área rural), combinada con la disponibilidad de tecnología de ultrasonido, el infanticidio femenino y el abandono de niñas, ha dado lugar a un sesgo profundo en la proporción de cada sexo.

Se ha escrito mucho sobre los efectos de la política – incluso en la fecundidad y las proporciones de cada sexo, el matrimonio, el envejecimiento de la población, el mercado laboral, el ahorro y el comportamiento antisocial -el egoísmo-. Varios autores llaman la atención sobre el potencial de delincuencia y conflicto social y un estudio de 2013 concluye que hay más delincuencia en las provincias con mayor proporción de hombres frente a mujeres.

Nuestro estudio examina detenidamente el vínculo entre la proporción de cada sexo y la delincuencia. Los datos que recopilamos entre migrantes del campo a la ciudad masculinos en una cárcel china y otros hombres similares que no están en la cárcel, muestran que, cuando la proporción de cada sexo está sesgada, hay un incremento de 34% del índice de delincuencia. Además, la intensa presión financiera en los hombres para atraer a una pareja hace que sea más probable que participen en actividades delictivas.

Para los hombres es difícil –y en muchos casos imposible- encontrar una esposa. Mientras tanto, las fuerzas de la oferta y la demanda hacen que las novias sean cada vez más caras. No es raro ver que las familias esperan que el novio proporcione un apartamento y una donación significativa en efectivo, que a menudo alcanza más de US$ 15.000.

Esto empuja a algunos solteros hacia la delincuencia utilitaria. Se ha visto que una alta proporción de hombres frente a mujeres en el mercado de matrimonios de un hombre (que se define con relación a su edad y origen geográfico) está asociada con índices más altos de crímenes económicos. Por el contrario, está desproporción no implica impacto en la delincuencia violenta.

Asimismo, la sesgada proporción de cada sexo en China significa que los niños se están criando en un entorno con muchos más niños que niñas. Este ambiente muy masculino afecta la conducta de los niños. Son más impacientes, toman más riesgos y son más neuróticos (tal como se puede comprobar en su comportamiento en juegos experimentales y respuestas a preguntas de encuestas).

Estos impactos en el comportamiento explican otra parte, más pequeña, de la creciente delincuencia. Tomar riesgos y el neuroticismo están fuertemente asociados con la probabilidad de participar en actividades delictivas y de terminar en la cárcel.

Entonces, ¿cómo se puede luchar contra estas presiones? La respuesta obvia es revertir la tendencia en la proporción de cada sexo. Pero es un proceso lento. A finales de 2015, China se movió en esta dirección al relajar la política de un solo hijo y permitir que todas las parejas tengan dos hijos. Esto se hizo por la preocupación que produjo una población que se está envejeciendo rápidamente.

Algunos investigadores predicen que cambiará poco el comportamiento de la fecundidad porque los chinos se han acostumbrado a tener sólo un hijo. Además, debido a la presión financiera y otras presiones competitivas de la vida, los padres sienten que no pueden mantener a más hijos.

Pero incluso si la política hace que haya más niñas, se necesitará por lo menos una generación para que la proporción de hombres frente a mujeres en edad para casarse se acerque a la paridad. A corto plazo, es probable que continúen y que incluso empeoren las presiones actuales en el mercado de matrimonios, junto con el incentivo para participar en actividades delictivas.

 

Lisa Cameron
Research Fellow, University of Melbourne
Xin Meng
Research Fellow, Australian National University.
Zhang Dan-dan
Assistant Professor of Peking University