Salud e higiene

Pasar del estigma a la estrategia para transformar la salud menstrual en África oriental

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Necqursha Kaloo

El manejo de la higiene menstrual sigue siendo un reto vital de salud pública en África oriental, un reto que tiene consecuencias sociales y económicas de un amplio alcance. Abordar el estigma asociado a la menstruación requiere estrategias efectivas que mejoren los resultados en materia de salud y de educación, además de promover el empoderamiento económico. Aprender de las intervenciones políticas de éxito es una oportunidad para hacer de la higiene menstrual una prioridad de salud pública y llevar a cabo un cambio transformador en toda la región.

Millones de mujeres y niñas se enfrentan a desventajas desde un punto de vista social y económico, que incluyen la alteración de sus estudios y resultados sanitarios negativos, a causa del estigma persistente, de instalaciones inadecuadas y de un acceso limitado a productos de higiene menstrual asequibles. La educación de las niñas sufre en gran medida los efectos debido al estigma asociado a la menstruación y a la falta de instalaciones sanitarias seguras y privadas. Los estudios muestran que las estudiantes kenianas suelen perder cinco días de clase al mes por culpa de los desafíos que representa la menstruación, lo cual equivale al 20 % del año académico. La falta de instalaciones sanitarias adecuadas obliga a las niñas a usar productos de sustitución poco seguros, como trapos y periódicos, lo que aumenta el riesgo de desarrollar problemas de salud.

Estrategias políticas en materia de menstruación y educación

Las estrategias de educación nacional deberían incluir el manejo de la higiene menstrual (MHM) como una intervención política fundamental. Etiopía ofrece un ejemplo convincente, donde el Gobierno ha puesto en marcha iniciativas escolares para mejorar el manejo de la higiene menstrual con el apoyo de UNICEF Etiopía. Se han mejorado las infraestructuras sanitarias escolares a través de iniciativas como la creación de baños privados, áreas con lavamanos e instalaciones seguras para el depósito de residuos. El programa Agua, Saneamiento e Higiene (WASH, por sus siglas en inglés) en las escuelas ha contribuido a reducir el absentismo escolar y a mejorar los resultados académicos. La inclusión de un amplio bloque educativo sobre salud menstrual en los programas escolares, tanto para niñas como para niños, es un elemento crucial. La educación menstrual puede reducir el sentimiento de vergüenza que experimentan las niñas y animar a los niños a replantearse los dañinos estereotipos. Un proyecto de UNICEF en Kenia demostró que la educación menstrual está relacionada con la mejora de los resultados en términos de asistencia y con una mayor igualdad de género.

Intervenciones políticas en materia de salud

Las prácticas de higiene menstrual inadecuadas elevan la probabilidad de desarrollar infecciones urinarias y otras infecciones del sistema reproductivo. Las adolescentes en Tanzania que no tienen acceso a productos adecuados de higiene menstrual se enfrentan a un mayor riesgo de infecciones debido a retos similares a los del manejo de la higiene menstrual. Algunas de las consecuencias más habituales del miedo a una fuga menstrual son el aislamiento social y el estrés psicológico. La pobreza menstrual puede tener también un impacto negativo en el bienestar mental.

Las medidas políticas para la reducción de los riesgos sanitarios deberían centrarse en la subvención de productos de higiene menstrual o en la eliminación de los impuestos aplicables para hacer que estos artículos sean más asequibles para las comunidades con bajos ingresos. Tanzania está evaluando reformas para que los productos de higiene menstrual sean más accesibles y asequibles. Es fundamental asociar el manejo de la higiene menstrual a los servicios de atención a la salud sexual y reproductiva. Las adolescentes son más propensas a pedir ayuda médica cuando los profesionales de salud están preparados para abordar la salud menstrual con sensibilidad y profesionalidad.

Sin embargo, es necesario seguir trabajando. Los estudios sobre el manejo de la higiene menstrual en Tanzania abogan por políticas reforzadas que incluyan el suministro de compresas de emergencia en las escuelas, subvenciones bien orientadas, incentivos fiscales y el seguimiento de la calidad de los productos menstruales fabricados de forma local y de la tecnología.

Impacto económico de una higiene menstrual deficiente

Las mujeres y niñas de Ruanda se enfrentan a trabas considerables a nivel económico debido a un manejo deficiente de la higiene menstrual. La falta de productos asequibles de higiene menstrual y de instalaciones adecuadas de saneamiento crea barreras que obligan a mujeres y niñas a ausentarse del trabajo. Esto lleva a la pérdida de ingresos y a una disminución de sus perspectivas laborales. El absentismo laboral refuerza las desigualdades económicas, ya existentes, basadas en la diferencia de género, además de reducir la productividad nacional.

Ruanda ha puesto en marcha varias medidas políticas para abordar estos desafíos. En diciembre de 2019, el Gobierno eliminó el impuesto sobre el valor añadido de los productos de higiene menstrual para que estos fueran más asequibles y accesibles. Este reconoció que en torno al 18 % de mujeres y niñas ruandesas se ausentan de sus obligaciones laborales y escolares porque no pueden costearse productos de higiene menstrual.

La organización Sustainable Health Enterprises (SHE) ha jugado un papel esencial en el empoderamiento de las mujeres a través del desarrollo de compresas asequibles y respetuosas con el medioambiente. Las mujeres reciben formación a nivel local por parte de SHE para fabricar estos productos usando materiales de origen local, lo cual genera oportunidades de empleo y potencia la autosuficiencia económica. Estas iniciativas mejoran el acceso a los productos de higiene menstrual, impulsan las economías locales y promueven la igualdad de género.

El enfoque de Ruanda sobre el manejo de la higiene menstrual combina políticas completas y programas comunitarios que se sustentan sobre intervenciones políticas con objetivos concretos para obtener mejoras significativas en términos de salud pública y beneficios económicos.

Reconocimiento de la higiene menstrual como un reto político

El manejo de la higiene menstrual va más allá de la concienciación individual: representa un desafío político clave, con un impacto económico, educativo y sanitario considerable. Para abordar esta crisis de manera eficaz, debemos aplicar medidas con objetivos concretos, como la distribución de productos gratuitos de higiene menstrual, la mejora de las instalaciones de saneamiento en escuelas y centros de trabajo, la aplicación de incentivos fiscales a los productos de higiene menstrual y la integración de la salud menstrual en los servicios de atención a la salud sexual y reproductiva.

Los responsables políticos que estudian las estrategias aplicadas en Etiopía, Tanzania y Ruanda pueden llevar a cabo reformas para atajar el estigma asociado a la menstruación y, de forma simultánea, contribuir a la igualdad de género y al desarrollo sostenible. Abordar la salud menstrual es esencial para eliminar las barreras a las que se enfrentan mujeres y niñas debido al estigma y a la falta de recursos.

Necqursha Kaloo
Estudiante de posgrado en Desarrollo Global, SOAS Universidad de Londres