Los límites cambiantes entre las tareas realizadas por personas y aquéllas que son desarrolladas por máquinas están atrayendo cada vez más atención. Esta columna – de los editores fundadores de Desarrollo Global junto con Ramiro Albrieu de Futuro del Trabajo en el Sur Global – introduce una nueva de serie de contribuciones sobre las implicaciones de los avances tecnológicos para el desarrollo. Serán especialmente bien recibidas nuevas perspectivas de investigadores en el Sur Global sobre tecnología, capacidades, instituciones del mercado laboral, demografía y desigualdad.
El significado de la palabra progreso, tal como la entendemos hoy, es indisociable de los últimos tres siglos de avances tecnológicos. La tecnología está presente en la mejora de los niveles de vida, tanto desde el punto de vista material como en lo que respecta a nuestra imagen y cultura. Es fundamental para el concepto de ‘crecimiento económico’, una invención del siglo XX y, para la tríada aún más reciente de ‘Ciencia, Tecnología e Innovación’. Ambos se utilizan demasiado a menudo como un atajo para describir y explicar el ‘desarrollo’.
Algunos académicos, como Robert Gordon (2017), han cuestionado las promesas de los actuales avances tecnológicos para dar paso a una nueva era de crecimiento y aumento de los niveles de vida. Hoy en día, por primera vez quizás desde las protestas luditas contra la automatización a comienzos del siglo XIX, los límites cambiantes entre las tareas desarrolladas por personas y las realizadas por máquinas están atrayendo un creciente interés (crítica) e, incluso preocupación.
Con la aparición de la inteligencia artificial (IA) – un conjunto de tecnologías que se ha incorporado al discurso público mucho antes de su implantación efectiva, gracias a la ciencia ficción en la literatura y el cine – cuestiones como ‘¿Quién trabajará en el futuro?’, ‘¿Trabajará alguien definitivamente?’, ‘¿Quién trabajará para quién y para qué?’ y, ‘¿Cómo será el trabajo?’ están siendo de nuevo noticia.
Con ello surge también el temor a un ‘futuro sin empleo’. Además, la pandemia del Covid-19 introduce la perspectiva de profundas transformaciones en la estructura y la organización del trabajo y es probable que impacte de forma duradera en la reasignación de la mano de obra entre sectores.
Una narrativa global
Los investigadores y los decisores políticos han venido prestando cada vez más atención a estos debates – ver Albrieu et al. (2018) y Grimshaw (2020)) – y una narrativa global parece estar conformándose sobre el tema. Por una parte, se están creando nuevas oportunidades de empleo, especialmente en el sector del software, el diseño y la comercialización, mientras que por el otro lado, la IA promete dejar obsoletas una serie de tareas (por ejemplo, el procesamiento de información) e incluso quizás sectores enteros (como la industria maquiladora). Se prevé que desciendan los niveles de empleo para estos tipos de trabajo, así como los rendimientos relativos a las competencias requeridas
Esta narrativa se basa en la noción de que la IA es una ‘tecnología de propósito general’ (TPG) que conducirá a una ‘nueva revolución industrial’, gracias al trabajo de académicos como Daron Acemoglu y Pascual Restrepo (ver sus artículos de 2016 y 2019 ).
Si la historia puede servir de guía y la narrativa continúa, a la larga, el impacto positivo será superior al negativo de forma que tanto el empleo como los salarios reales aumentarán gracias a la innovación tecnológica. El Informe El Futuro del Empleo 2020 del Foro Económico Mundial, por ejemplo, afirma que, si bien la automatización podrá destruir en torno a 85 millones de puestos de trabajo a corto plazo, la IA y las tecnologías conexas incorporarán 97 millones de empleos adicionales a la economía global.
El Fondo Monetario Internacional (FMI, 2018) añadió una nota sobre los salarios: A medida que los salarios reales sigan las tendencias en materia de productividad, se moverán al alza en lo que respecta a la adopción de tecnologías emergentes. Una readaptación exitosa de las capacidades y las instituciones del mercado laboral será el principal motor de esta transformación estructural.
Esta narrativa, que se centra en la cantidad y la productividad, no abarca todas las cuestiones pertinentes. La calidad de los nuevos empleos es también parte esencial de las preocupaciones actuales, subsumida por los debates en torno a la ‘uberización’ de la economía y popularizada por célebres películas como ‘Lo siento, te extrañamos’ de Ken Loach.
Como se evidenció tras la pandemia y, de otras maneras, tras la crisis financiera global de 2007-2009, el valor social de los empleos (por ejemplo, en los servicios de salud o, en lo concerniente a la recogida de basuras durante los confinamientos) puede no corresponderse con los salarios actuales. ¿Cómo reconocemos el valor social en un mundo dominado por la búsqueda de la competencia y el rendimiento tecnológico?
Las visiones del Sur – un llamamiento a contribuciones
La tecnología no surge de la nada, y una narrativa global sobre una inminente nueva revolución industrial no encaja fácilmente con la increíble variedad de realidades socioeconómicas que los investigadores y decisores politicos enfrentan cada día. Lejos de ser una variable independiente, la tecnología se ha teorizado de forma convincente como un subsistema de sociedades modernas, más que como una variable independiente que configura la sociedad, por sociólogos como Niklas Luhmann.
La emergente narrativa global en torno a un futuro sin empleo podría decir más sobre las ansiedades de algunos que al respecto de la realidad de muchos – y podría no ayudar a nadie. Pero la contranarrativa, que asume que repetir el pasado es el camino del éxito, tampoco lo hará. De hecho, existe una amplia evidencia de que la adopción temprana de tecnologías disruptivas fue responsable de grandes divisiones en términos de ingresos, productividad y bienestar entre los países (el origen de lo que se conoce como Norte y Sur Global).
En un contexto global cada vez más crítico ante la persistencia en el tiempo de las desigualdades entre el Sur y el Norte, y con apasionados llamamientos a descolonizar la propia tecnología, profundizar en los matices y condiciones específicas de contexto de la cambiante naturaleza del trabajo, con el rigor de la investigación social, es más urgente que nunca. Es el punto de partida para reflexionar, debatir y diseñar futuros marcos políticos.
La investigación producida en el Sur Global ha comenzado a nutrir este debate sobre una serie de cuestiones. Pedimos a los investigadores originarios y/o ubicados en el Sur Global, que trabajan sobre el futuro del empleo, que compartan sus ideas y conocimiento, contribuyendo con su investigación y la de otros al reequilibrio de un debate que merece ser de alcance verdaderamente global.
Se agradecería recibir contribuciones en torno a una serie de cuestiones, incluyendo pero no limitado a las siguientes:
Tecnología – ¿Qué sabemos en base a la investigación existente sobre las tecnologías más prometedoras (y riesgos)? ¿Se están desarrollando y, cuáles son los obstáculos que enfrentan? ¿Qué posibles enfoques podrían promoverlos y mitigar riesgos?
Capacidades – ¿Qué conocemos a partir de la investigación existente acerca de las habilidades necesarias para el empleo del futuro? ¿Cuáles son los mecanismos para brindarlas? ¿Son eficaces estos mecanismos o dónde se encuentran los problemas?
Instituciones del mercado laboral – ¿Qué sabemos a partir de la investigación existente sobre los efectos de la informalidad en unos mercados laborales cada vez más flexibles? ¿Sigue siendo algo malo? ¿Cómo puede la tecnología ayudar a reducirlo o gestionarlo? ¿Qué costos implica reducir la informalidad? ¿Qué reformas institucionales son necesarias para considerar nuevas formas de trabajo?
Demografía – ¿Qué sabemos gracias a la investigación existente sobre demografía y debates en torno al futuro del empleo? ¿Se encuentra el mercado laboral en condiciones de absorber la nueva fuerza laboral?
Desigualdad – ¿Qué sabemos por la investigación existente acerca de la brecha digital? ¿Cómo influyen las desigualdades de género? ¿Cuál es el rol de la división étnica y racial? ¿Qué papel desempeñan las diferencias estructurales entre el Sur y el Norte Global?
Ver los detalles de la llamada a contribuciones en https://globaldev.blog/blog/southern-views-future-work-call-contributions