Muchos países en desarrollo carecen de un marco institucional sólido para proporcionar a los legisladores nacionales asesoramiento sobre políticas basado en pruebas. Esta columna examina las experiencias de Nigeria respecto a la creación de un instituto dedicado a apoyar a los parlamentarios en su trabajo. A pesar del progreso que representa en materia de desarrollo de capacidades, aún persisten importantes desafíos en torno al uso nacional del asesoramiento científico en la formulación de políticas.
El poder legislativo se configura como un elemento esencial de una democracia efectiva. Su papel en el proceso de elaboración de leyes, representación y control le convierte en una parte indispensable del gobierno.
Desde la vuelta de Nigeria a un gobierno democrático en 1999, el Parlamento Nacional ha evolucionado en sus responsabilidades constitucionales. Pero hasta hace poco, no se había establecido en Nigeria un marco institucional para brindar a los legisladores asesoramiento sobre políticas basado en pruebas. Esta situación contrastaba fuertemente con el brazo ejecutivo del Gobierno, que cuenta con el respaldo de una serie de tecnócratas proporcionando una mayor influencia en las relaciones entre los poderes ejecutivo y legislativo.
En los últimos años se ha observado, sin embargo, un creciente reconocimiento del papel del asesoramiento científico en el poder legislativo. De forma similar al Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos y la Oficina Parlamentaria de Ciencia y Tecnología del Reino Unido, el Instituto Nacional de Estudios Legislativos y Democráticos (INELD) se creó en 2011 para servir como institución al desarrollo de capacidades e investigación del Parlamento nigeriano. Este mismo lleva a cabo análisis de políticas e investigación en materia de economía, política y cuestiones jurídicas, así como formación en desarrollo de capacidades para apoyar actividades parlamentarias con el fin de promover debates y legislación basados en pruebas.
A pesar del carácter indispensable de la evidencia científica en la formulación de políticas, proporcionar asesoramiento basado en la ciencia a funcionarios gubernamentales y políticos, incluyendo parlamentarios, no resulta sencillo, incluso en ámbitos institucionales. Sin embargo, la creación de un marco institucional para brindar asesoramiento científico ha mejorado la eficacia del Parlamento de Nigeria.
Se ha logrado un éxito considerable en la prestación de apoyo técnico y político a las instituciones legislativas en Nigeria. El poder legislativo está mejor posicionado para una mayor eficacia tanto en la colaboración ejecutivo-legislativo como en el control sobre el presupuesto. También se ha mejorado la efectividad de la legislación mediante la evaluación del impacto, garantizando que la normativa cumpla con las disposiciones constitucionales y contribuya al desarrollo nacional.
Pero aún sigue habiendo desafíos.
Los Parlamentos son inestables. Como en cualquier otro país, en Nigeria también existe una elevada rotación de los miembros del Parlamento. Cambios constantes en la membresía y la estructura de las comisiones frustran la colaboración eficaz entre científicos y parlamentarios y, en última instancia, menoscaba el asesoramiento científico al poder legislativo.
Otro reto es el de la insuficiente experiencia y capacidad. En Nigeria, no hay escasez de conocimientos en materia de políticas públicas. Pero las capacidades están más limitadas en términos de habilidades para sintetizar pruebas, para comprender el proceso legislativo, para comunicar los resultados de la investigación y, para interactuar con los políticos.
La elevada demanda de asesoramiento político con poca antelación agrava más aún el desafío que plantea la limitación de capacidades. De este modo, el desarrollo de capacidades requiere de formación especializada, que puede trascender la que se ofrece en la actualidad en entornos académicos convencionales.
En algunos casos, los investigadores son asignados para trabajar con comités específicos, pero la limitación de capacidades en todo el amplio espectro de disciplinas y profesiones hace que el sistema diste de ser óptimo. También priva a las comisiones la oportunidad de beneficiarse de una perspectiva multidisciplinaria sobre cuestiones de políticas públicas.
Incluso con un marco institucional, todavía son grandes las brechas que existen en Nigeria en materia de comunicación e implicación entre parlamentarios e investigadores/científicos. Esto es debido a la insuficiente participación de intermediarios clave del conocimiento, como universidades, asociaciones profesionales/académicas, organizaciones de la sociedad civil, sociedades académicas y la academia nacional.
Además, la evidencia científica sólo supone una pequeña parte del proceso de elaboración de leyes y, como en cualquier otro país, los parlamentarios en Nigeria están motivados por intereses diversos. Dada la naturaleza política de las actividades legislativas, es habitual que los políticos sigan esos intereses independientemente de la evidencia científica. También es probable que los miembros del Parlamento seleccionen elementos de la evidencia científica para apoyar determinadas decisiones políticas.
Nigeria está avanzando en la promoción del fomento del desarrollo de capacidades y la legislación basada en evidencias, pero los desafíos persisten. A largo plazo, se requieren esfuerzos decididos para establecer vínculos formales entre científicos/expertos, intermediarios del conocimiento y parlamentarios en Nigeria – y, en definitiva, para que arraigue una cultura del asesoramiento científico en el Gobierno.
Este artículo fue publicado en asociación con INGSA como parte del Concurso INGSA-Africa Essay and Project Concepts. Richard L.K.Glover, Especialista de Programas (Ciencias Biológicas) en la Oficina Regional de ISC para África y Oficial de Programas Regionales para INGSA-África, se unió a nuestro equipo editorial para esta serie de blogs.