Muchos Gobiernos manifiestan un compromiso de adoptar decisiones políticas sobre la base de la evidencia científica, pero existen numerosos obstáculos para que esto suceda en la práctica. Esta columna analiza las fortalezas y las deficiencias del proceso de elaboración de políticas basado en evidencias científicas en Etiopía.
La intersección entre investigación y formulación de políticas está cobrando cada vez más importancia ante desafíos que son más globales y complejos. En un mundo ideal, el proceso de toma de decisiones se iniciaría con resultados de investigación y la participación de todas las partes interesadas y, las prácticas de desarrollo sostenible y la formulación de políticas no se implementarían sin una sólida base científica.
En el contexto de Etiopía, una insuficiente formulación de políticas basadas en evidencias científicas ha dado lugar a diversos resultados imprevistos y no deseados – por ejemplo, en política industrial y política de desarrollo rural. Hoy en día, el asesoramiento científico desempeña un papel más importante en el proceso de elaboración de las políticas etíopes y la adopción de decisiones, pero evidentemente siguen existiendo limitaciones y obstáculos. Las medidas destinadas a reforzar los nexos entre ciencia y políticas incluyen:
· Implementar la construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope después de una serie de informes científicos, que proporcionaron al Gobierno análisis basados en pruebas empíricas sobre el contexto geológico, social, económico y político en el marco del proyecto.
· El uso de datos sobre el perfil de riesgo y desastre para armonizar estrategias de sistemas de alerta temprana y emergencias.
· La creación de diversos comités permanentes de asesoramiento técnico en los distintos ministerios y/o sectores para garantizar que las cuestiones sectoriales se incluyen al formular las políticas nacionales.
· El uso de un censo de población para el desarrollo de políticas demográficas, aunque el último censo se ha retrasado debido a diferentes razones.
· El establecimiento de diferentes instituciones implicadas en investigación para facilitar la formulación de políticas basadas en pruebas para el desarrollo sostenible.
Pero la generación de evidencias científicas se ve sometida a motivaciones políticas y las estructuras gubernamentales acostumbran a usar pruebas sesgadas. Tal como muestran las pruebas sobre la interrelación entre investigación y formulación de políticas en Sudáfrica, los factores que podrían incrementar la brecha entre las anteriores incluyen, pero no están limitados a:
· Decisores políticos inclinándose por sus propias percepciones de los problemas de ámbito político, subestimando el potencial de las contribuciones científicas.
· Responsables de la formulación de políticas queriendo respuestas simples por parte de la investigación para implementar soluciones rápidas a desafíos políticos urgentes, mientras ignoran la complejidad de la investigación para garantizar su aplicabilidad.
· Responsables políticos que necesitan resultados en períodos de tiempo relativamente breves, mientras que la investigación científica tiende a producirse en un plazo relativamente largo debido a los requisitos del trabajo basado en evidencias.
· Investigadores que tratan de contribuir a la comprensión de las relaciones causales y de considerar qué planteamiento recomiendan como el más adecuado, a diferencia de decisores políticos que tienden a utilizar la investigación para legitimar sus decisiones políticas.
· Asesores científicos que recomiendan reformas integrales para abordar situaciones complejas, pero sus propuestas son rechazadas por los responsables políticos.
Se puede considerar que el proceso de asesoramiento científico consta de cinco fases:
Primera, la formulación de una pregunta: ¿qué causa el o los problemas? Puesto que la causa de un problema podría tener múltiples facetas, se requiere la participación de expertos multidisciplinares para analizar el problema y prestar asesoramiento concreto al Gobierno.
Segunda, la adecuada selección de los asesores es fundamental para el Gobierno que solicita asesoramiento. En el contexto etíope, los comités consultivos de carácter permanente son seleccionados por funcionarios gubernamentales de alto nivel y se les proporciona los objetivos encomendados por el Gobierno. Este tipo de asignación puede ser parcial y no ofrecer el asesoramiento adecuado a los decisores políticos dado que podría no incluir a los expertos apropiados del ámbito correspondiente durante la selección del comité asesor. Además, también afecta a la independencia de los asesores científicos, que podría llevarlos a prestar asesoramiento no justificado desde el punto de vista científico y predispuesto a una posición política.
Tercera, equilibrar puntos de vista diversos y comprender las incertidumbres son cuestiones importantes en la producción del asesoramiento científico. Alcanzar un consenso sobre los diferentes puntos de vista desde distintos campos del conocimiento y gestionar las incertidumbres son asuntos decisivos en la ciencia para la política.
Cuarta, a pesar de la gran calidad del asesoramiento científico que se produce, no resulta provechoso salvo que se comunique apropiadamente y se promueva de forma que agote las posibilidades de entendimiento mutuo. Existen numerosos resultados de investigación en institutos y centros de Etiopía que están ‘calentando las estanterías’. En este caso, es necesario introducir una cultura de la evidencia científica creando un vínculo sostenible entre políticas e investigación e impulsar la cooperación entre los institutos de investigación y las organizaciones de desarrollo.
Quinta, la evaluación del impacto del asesoramiento científico que se brinda es un paso importante para la mejora del proceso consultivo y la efectividad del asesoramiento en los resultados de las políticas. Esto se determina por la eficacia con la que se comunica la información. Sólo existen unos pocos casos en los que el grupo consultor pudo evaluar el impacto de su asesoramiento científico tras su implementación en los procesos de formulación de políticas y los resultados.
Los decisores políticos deberían poder acceder a datos actualizados y de calidad en formas fácilmente comprensibles que les permitan alcanzar consensos, gestionar incertidumbres y usar las evidencias científicas en el proceso de elaboración de políticas. Resolver ambigüedades y retos relacionados con la formulación de políticas basadas en la evidencia requiere:
- Dar a conocer las pruebas al público para generar apoyo y confianza.
- Aplicar una metodología clara para estudiar la posibilidad de generalizar datos dependientes del contexto.
- Compartir prioridades con los investigadores para suscitar pruebas más fundamentadas y viables.
- Pruebas transparentes en la elaboración de políticas que permitan tender puentes entre investigadores y decisores políticos.