Este blog es parte de una serie organizada en conjunto con la decimonovena conferencia de desarrollo global.
Idealmente, las políticas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible deberían de estar informadas por evidencia de investigación de alta calidad. Esta columna, un artículo galardonado en la competencia internacional de blogs juveniles de GDN en 2019, se centra en un gran estudio de la vida de los niños en cuatro países en desarrollo que vincula con éxito la investigación con la política.
Vivimos en un mundo donde miles de millones de personas viven en la pobreza y el desempleo, sin acceso a la educación y la salud, lo que a su vez aumenta la desigualdad tanto dentro de los países como entre ellos. Dado este contexto, y para superar estos desafíos, las políticas orientadas hacia el logro del desarrollo sostenible se han vuelto cruciales.
Como señaló en 1987 el informe Brundtland titulado Nuestro Futuro Común, y como lo reafirman las Naciones Unidas, “el desarrollo sostenible se ha definido como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.”
Para satisfacer estas necesidades y lograr el desarrollo sostenible, en el 2015 las Naciones Unidas creó los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como parte de la Agenda 2030. Los ODS cubren cuestiones clave relacionadas con la pobreza, la salud, la educación, la igualdad y el clima. El éxito de los ODS se basa en el plan y las políticas de cada país, razón por la cual existe una demanda tan urgente de investigación de alta calidad que pueda proporcionar evidencia para informar a los formuladores de políticas con el objetivo de lograr los ODS.
En los últimos años, ha habido un cambio en la investigación. Actualmente, los documentos y estudios se centran más en áreas relacionadas con los ODS. Un informe identifica un aumento en la investigación relacionada con la pobreza, la desigualdad y el clima: de 100 documentos por año antes de 2010 a más de 500 documentos básicos en 2018. Pero los autores también encuentran que incluso cuando los ODS son más relevantes en los países en desarrollo de África, los estados árabes y América Latina, su participación en la realización de estos estudios es baja.
La investigación de alta calidad desempeña un papel clave, ya que promueve el debate sobre temas relevantes, informa la toma de decisiones y apoya la implementación de políticas, que es aún más necesaria en los países en desarrollo que tienen tasas de pobreza más altas y más problemas económicos, sociales y educativos que los países desarrollados. Se necesitan políticas orientadas a lograr los ODS, junto con una investigación más rigurosa que pueda apoyarlos.
Un estudio que vincula la investigación del desarrollo sostenible con la política es el estudio Young Lives. Este es un estudio internacional y longitudinal que ha seguido a 12,000 niños de India, Vietnam, Etiopía y Perú desde 2002. El trabajo de investigación no solo está estrechamente relacionado con los ODS en temas como pobreza, desigualdad, educación, salud y nutrición, sino que también trata de tener un impacto en las políticas públicas generando evidencia para guiar las decisiones.
Este impacto ha sido ampliamente reconocido por académicos, profesionales y formuladores de políticas. Por ejemplo, Richard Morgan, de Save the Children (y ex jefe de política de UNICEF), dijo que “La publicación de Young Lives sobre desigualdades y niños fue una de las cinco principales presentaciones a las consultas temáticas globales de UNICEF sobre los ODS”. Y Aurea Cadillo, ex jefe de planificación y presupuesto de Juntos, el programa de transferencias monetarias condicionadas de Perú señaló que el programa “ha tenido en cuenta las reflexiones y recomendaciones de algunos de los hallazgos de Young Lives en la revisión de su plan estratégico anual.”
El estudio Young Lives ha inspirado y guiado las decisiones en Etiopía, India y Perú. Además, en 2018, el estudio recibió un premio PODER, que destaca la mejor investigación aplicada a las políticas públicas en Perú. El estudio fue reconocido por la influencia que ha tenido en la comprensión de las causas y consecuencias de la pobreza infantil, así como su contribución a la generación de evidencia para apoyar la toma de decisiones.
Mientras trabajaba en el Grupo para el Análisis del Desarrollo, una de las organizaciones que implementaron Young Lives en Perú, leí un estudio que utiliza la base de datos para analizar la asociación entre el estado socioeconómico de los niños medido a la edad de un año, sus oportunidades para aprender en la escuela y sus logros en matemáticas a los 10 años.
Santiago Cueto y sus colegas encuentran que el estado socioeconómico se asocia significativamente con el rendimiento estudiantil, incluso después de diez años. Los niños pobres tenían menos oportunidades de aprender en la escuela que sus compañeros no pobres. Además, hubo una fuerte asociación entre las oportunidades de aprender “cobertura curricular” y el rendimiento en matemáticas.
Como señalan los autores, estos hallazgos ilustran las desigualdades en el sistema educativo. Sugieren que las políticas destinadas a mejorar las oportunidades de aprendizaje, especialmente en los primeros grados o en preescolar, podrían aumentar el rendimiento de los estudiantes. Del mismo modo, implementar sistemas de monitoreo en las escuelas, capacitar a los docentes y brindarles retroalimentación podría ayudar a elevar el rendimiento de los estudiantes y a abordar las disparidades.
Este estudio es un gran ejemplo de investigación de alta calidad para el desarrollo sostenible, dado que estaba estrechamente relacionado con los ODS y también afectó el nexo con las políticas de investigación.
La investigación cubre tres temas principales en el desarrollo sostenible. Destaca los efectos a largo plazo del estado socioeconómico, mostrando la importancia de la erradicación de la pobreza (ODS 1). Discute cómo la calidad de la educación, medida a través de oportunidades para aprender, podría mejorar el rendimiento de los estudiantes (ODS 4). Y sus resultados muestran las disparidades en el sistema educativo peruano y el estado socioeconómico (ODS 10).
Con respecto al nexo con la política, los resultados se presentaron a los líderes, a los encargados de formular políticas y a los profesionales. Además, proporcionó información útil para los líderes de opinión en la medida en que el estudio fue mencionado en dos de los periódicos más importantes del Perú. En un periódico, se destacó la relevancia de los docentes y cómo deben ser capacitados, argumentando que “este cambio radical es indispensable en el contexto de la desigualdad educativa que el gobierno está tratando de reducir”.
En el otro periódico, la directora de desarrollo de instituciones educativas del Ministerio de Educación fue entrevistada sobre este estudio. Declaró que “el Ministerio está muy abierto a usar esta información, por eso siempre tratamos de participar en los seminarios donde se presentan esos estudios”. También señaló que uno de los principios del Ministerio era construir políticas públicas basadas en evidencia, destacando “el lujo de tener este tipo de investigaciones”.
Claramente, esta investigación ha proporcionado un conocimiento sólido para el desarrollo sostenible, no solo por los resultados y las recomendaciones proporcionadas por los autores, sino también por su impacto en los medios y en el debate sobre las políticas educativas.
Vivimos en un mundo de cambios constantes donde necesitamos establecer objetivos claros para mantener el desarrollo sostenible en el camino correcto, que es el objetivo de los 17 ODS. Por lo tanto, es importante investigar sobre cuestiones de desarrollo sostenible.
Pero incluso cuando hay consenso sobre la importancia de la investigación de alta calidad, una cosa que se debe de tener en cuenta es su conexión con las políticas públicas. Por lo tanto, debemos trabajar para encontrar formas de comunicar y conectar los estudios con los formuladores de políticas y los profesionales para influir en sus acciones y decisiones, lo que finalmente cerrará la brecha entre las políticas y la investigación.
Después de todo, estamos persiguiendo el mismo objetivo, que es que el mundo, especialmente los países de ingresos medios y bajos se desarrollen y crezcan sin comprometer a las generaciones futuras: que el mundo logre un desarrollo sostenible.