Al apoyar la movilidad social, la enseñanza superior puede contribuir a que las economías sean más integradoras desde el punto de vista social. Sin embargo, el generoso plan sudafricano de ayudas económicas a la enseñanza superior podría limitar el potencial social y económico del sector. Esta columna analiza los datos disponibles.
La enseñanza superior puede impulsar el desarrollo inclusivo y fomentar una sociedad transformada. Para ayudar a superar las desigualdades arraigadas en Sudáfrica, el gobierno proporciona ayuda financiera a los estudiantes para los que, de otro modo, la universidad sería inasequible. Esta ayuda permite a los estudiantes acceder a la enseñanza superior y a todos los beneficios económicos que aporta tanto al individuo como a la sociedad en general.
El sistema de ayudas económicas ha experimentado cambios recientes que plantean una nueva serie de consideraciones complejas pero críticas. Este artículo explora estas cuestiones potenciales que podrían cambiar los incentivos de los estudiantes para ir a la universidad, así como los incentivos de las universidades para mejorar el rendimiento de los estudiantes y las tasas de graduación. Estos cambios pueden obstaculizar la movilidad social y el desarrollo inclusivo.
No hay pruebas de que el actual sistema de financiación fomente de forma (rentable) eficaz la movilidad ascendente. Para completar esta laguna, sugerimos que los datos que siguen a los estudiantes desde su ingreso en la universidad hasta el empleo son necesarios para fundamentar decisiones que puedan garantizar que la educación superior cumple su potencial social y económico.
¿Cómo se financia la enseñanza superior en Sudáfrica?
Las universidades sudafricanas reciben financiación directa del gobierno a través de subvenciones vinculadas a la investigación, la matriculación de estudiantes y los índices de graduación. También reciben fondos indirectamente a través de las tasas de matrícula y alojamiento de los estudiantes de la universidad que reciben ayudas del Programa Nacional de Ayuda Financiera a los Estudiantes (NSFAS por sus siglas en inglés) del gobierno. Este programa permite a los estudiantes asistir a la universidad cubriendo íntegramente sus gastos de matrícula y alojamiento. Los estudiantes también reciben ayudas para gastos de manutención y transporte, así como para material de estudio.
Hasta hace poco, las universidades recibían mucho más dinero a través de subvenciones directas que indirectamente a través del NSFAS. Sin embargo, tras una costosa y polémica ampliación del NSFAS en 2018, las universidades reciben ahora aproximadamente la misma cantidad de ambas fuentes, y la financiación total muestra un descenso en 2023 (véase la Figura 1).
Un cambio en las fuentes de financiación, hacia el NSFAS y lejos de las subvenciones, puede no ser problemático si la financiación total de las instituciones se mantuviera sin cambios. En realidad, sin embargo, introduce dos ramificaciones potenciales. La primera se refiere al hecho de que alrededor de una cuarta parte de la asignación total del NSFAS que se muestra en la Figura 1 va directamente a los estudiantes a través de subsidios (nuestra propia estimación para 2019), en lugar de a las instituciones. Con unos recursos presupuestarios limitados, este cambio podría reducir los ingresos de las instituciones y afectar a su capacidad para funcionar de forma sostenible.
Gráfico 1: Crecimiento nominal de la financiación para universidades y estudiantes (2011-2023)
Fuente: Presupuestos estatales universitarios – Informe público; DHET marzo 2023 en presentación de Diane Parker y Thandi Lewin, SAAIR 2023.
La segunda ramificación es que la estructura cambiante de la financiación podría hacer que las universidades se centraran en matricular a más estudiantes, para captar fondos de las tasas de matrícula y alojamiento, y redujeran el énfasis en mejorar el rendimiento de los estudiantes y las tasas de graduación. Esto podría tener profundas consecuencias para la movilidad ascendente. Los titulados universitarios tienen muchas más posibilidades de conseguir un trabajo bien remunerado en Sudáfrica que los no titulados (incluidos los que abandonan la universidad).
¿Gasto social para la movilidad social?
Sudáfrica ofrece ayudas sociales para niños y adultos mayores, pero existe un vacío en la protección de la población en edad de trabajar. Las tasas de desempleo son elevadas entre este grupo, y especialmente entre los adultos más jóvenes (el 34.3% de las personas de entre 15 y 24 años no tenían empleo, educación o formación en el segundo trimestre de 2023).
El NSFAS actúa como una forma de protección social para los miembros de este grupo de edad que cursan estudios postsecundarios. Por ejemplo, el NSFAS siguió proporcionando subsidios a los estudiantes que permanecieron matriculados durante la pandemia de COVID-19. El subsidio, de 1,500 Rand (R) al mes, representó probablemente una importante fuente de ingresos para los hogares de los estudiantes. Las pruebas anecdóticas sugieren que, al igual que otras ayudas sociales, los subsidios del NSFAS se comparten con las familias de los estudiantes. A modo de comparación, la Subvención de alivio social de situaciones de emergencia [Social Relief of Distress Grant], introducido durante la pandemia, es de sólo 350 rands al mes, aunque llega a mucha más gente.
Visto así, el NSFAS es un costoso «mecanismo de protección social» al alcance de unos pocos que pueden acceder a la educación superior. No obstante, se prevé que el crecimiento del gasto del NSFAS sea del 11% para 2019-2024), superando el crecimiento de las subvenciones universitarias (3.9%), la inflación (5%), el gasto en subvenciones sociales (6%) y la educación básica (2.5%).
El aumento previsto de las matriculaciones y la creciente demanda de NSFAS significan que es más importante que nunca que los responsables de formular las políticas comprendan la rentabilidad del NSFAS y la relación coste-eficacia de estas grandes inversiones públicas.
Además, se plantean otras dos consideraciones esenciales. ¿Justifica el potencial de movilidad ascendente y los consiguientes beneficios sociales y económicos el crecimiento del NSFAS en nuestro actual entorno de tensión financiera? Por otra parte, la forma en que se distribuyen en la actualidad los fondos, especialmente en el marco de la actual política del NSFAS, ¿dará lugar a los beneficios deseados en materia de graduación y mercado laboral?
Gráfico 2: Absorción en el mercado laboral de los titulados del NSFAS de 2015, desglosados por institución
Fuente: Adaptado de Wildschut et al. (2020). Transformation, stratification and higher education: exploring the absorption into employment of public financial aid beneficiaries across the South African higher education system.
¿Es el NSFAS eficaz (rentable)?
Los datos sobre el destino de los graduados son escasos en Sudáfrica. Una excepción es un estudio que coteja los datos fiscales y los estudiantes del NSFAS que se graduaron con el anterior modelo del NSFAS. La estructura de incentivos era diferente en el régimen anterior y se necesitan urgentemente datos actualizados, pero el estudio muestra la importancia de los datos para comprender el impacto del sector en la movilidad social. Por ejemplo, la Figura 2 muestra que, entre la cohorte de 2015 de graduados financiados por el NSFAS, positivamente, más de la mitad tenían un empleo en el sector formal en 2017. Dicho esto, las instituciones con la mayor proporción de estudiantes del NSFAS se enfrentan a algunas de las perspectivas de empleo más bajas. En relación con esto, la deserción escolar entre los estudiantes del NSFAS es elevada en algunas de las instituciones con mejores tasas de empleo.
Por un lado, el abandono de los estudios por parte de estudiantes con pocas probabilidades de graduarse puede considerarse, desde una perspectiva puramente presupuestaria, como algo positivo para las arcas públicas. Por otro lado, el NSFAS podría desplazar los costes frente a los beneficios de matricularse en la universidad, ya que ofrece protección social en un contexto de elevado desempleo. En otras palabras, ¿hace el NSFAS que los estudiantes más pobres tengan más probabilidades de matricularse en la universidad, y potencialmente en programas no alineados con las necesidades de cualificación de la economía, incluso si saben que puede que no se gradúen?
Sin embargo, otra complejidad que los responsables de formular las políticas harían bien en tener en cuenta es el abandono entre los estudiantes con posibilidades de éxito pero que no pueden continuar sus estudios por haber alcanzado el número máximo de años de financiación. Representan una inversión pública considerable e impiden la capacidad del sector para fomentar la movilidad ascendente, con un coste sustancial.
Convocatoria de datos
Los responsables de formular las políticas se debaten entre el papel de apoyo del NSFAS y sus posibles efectos distorsionadores sobre el rendimiento de los estudiantes y las universidades. Las universidades se enfrentan a la reducción de las subvenciones, junto con las presiones para garantizar el éxito y la empleabilidad de los estudiantes. En última instancia, para comprender mejor si el actual sistema de financiación está promoviendo de forma (rentable) eficaz la movilidad ascendente, es crucial realizar un seguimiento exhaustivo del éxito de los estudiantes en todo el sistema, desde el día en que se matriculan hasta su graduación y empleo. Estos datos existen en silos, pero (todavía) no están vinculados de la forma que se necesita urgentemente para fundamentar la toma de decisiones.
Además, estos datos pueden utilizarse para ayudar a las universidades a colaborar entre sí para ahorrar costes en todo el sector. Esto será fundamental a medida que aumenten las presiones financieras. Un ejemplo de esta colaboración estratégica ya existe en la Iniciativa de la Red Siyaphumelela (`nosotros triunfamos’). Su objetivo es ampliar los esfuerzos para el éxito de los estudiantes basados en pruebas, aprovechando los puntos fuertes existentes, compartiendo la capacidad en todo el sector y atendiendo a las instituciones en función de sus necesidades y capacidades.
Este artículo se publica en colaboración con la iniciativa «Women in Leadership in Economics » de la Asociación Económica Internacional, cuyo objetivo es reforzar el papel de la mujer en la economía mediante la investigación, la creación de asociaciones y la amplificación de voces.