Los periodistas ciudadanos que han surgido en la era del Internet pueden hacer contribuciones vitales para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero en muchos países, enfrentan serios riesgos respecto a su seguridad. Esta columna enfatiza la importancia de trabajar para mejorar los marcos legales nacionales, y para asegurar que los derechos de los periodistas y de los ciudadanos, a la vida y a la libertad de expresión, estén garantizados. Su papel y la necesidad de su protección también deberían ser reconocidos más explícitamente en la agenda global para el desarrollo sostenible.
Debido a que el desarrollo no se trata solo de recursos económicos, sino también de mejorar la vida de las personas, debemos de hacerlo de una manera sostenible. Sin embargo, seguimos volviendo a la pregunta de cómo hacerlo. Aunque no hay una respuesta única, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible nos proporciona una ruta: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales nos ayudan a identificar áreas clave sobre las cuales debemos trabajar para mejorar la vida de las personas.
El Objetivo 16 de los ODS, no solo reconoce la importancia de obtener información para lograr el desarrollo sostenible, sino que también promueve la protección de quienes los producen y exigen acciones para considerar los desafíos a los que se enfrentan. El personal de los medios de comunicación, especialmente periodistas y periodistas ciudadanos, buscan constantemente información, analizándola y distribuyéndola. Gracias a sus esfuerzos, podemos tener la información necesaria para supervisar los logros de los ODS.
Pero cada vez que son atacados, la sociedad tiene problemas para obtener esa información. Por dicha razón, en esta columna quiero considerar el papel de los medios de comunicación en el desarrollo sostenible y sugerir algunas oportunidades para crear políticas adecuadas para la protección al personal de los medios de comunicación, especialmente a los periodistas ciudadanos.
El papel de los periodistas ciudadanos en el monitoreo y la evaluación del desarrollo sostenible.
Antes de la era del Internet, nuestro sistema de comunicación seguía la estructura de “uno para muchos”, en el que un productor se podía comunicar con muchas personas. En este esquema, era fácil identificar quién era el productor y quiénes eran los consumidores, y eso explica por qué los periodistas se convirtieron en los guardianes de la información.
Dentro de ese modelo, un conjunto de empresas controlaba la producción y distribución de la información. Pero en el siglo XXI, las tecnologías de la información y las comunicaciones a las que casi todos pueden obtener acceso han transformado el panorama de los medios de comunicación. Nos hemos convertido en una sociedad impulsada por la información y nuestro sistema de comunicación ahora es “mucho para muchos”.
El contenido generado por el usuario es más común hoy en día, y las líneas entre los productores y las audiencias se han borrado. Gracias al internet, las audiencias actúan como periodistas ciudadanos. De hecho, estos usuarios activos tienen sitios web, blogs y cuentas de redes sociales que son seguidos por millones y que son la principal fuente de información para muchas personas.
El éxito de los periodistas ciudadanos se debe, en parte, a que brindan información para atención al público la cual es relevante para las discusiones sociales. Tienden a publicar información hiperlocal que por lo general no está en la corriente principal de los medios tradicionales. Sin embargo los periodistas ciudadanos también usan situaciones de la vida cotidiana para producir información, y cuando encuentran problemas reúnen la información, la analizan y la publican.
De hecho, en países tan diversos como Israel, Eslovenia, Turquía y Venezuela, se han convertido en actores importantes para alcanzar los ODS. Los periodistas ciudadanos presentan y discuten situaciones que tienen un impacto directo en la vida de las personas. Siguen denunciando delitos, xenofobia, protestas sociales, etc. En algunos casos, incluso influyen en las conversaciones y en los procesos de formulación de políticas, y disputan la información presentada por el estado en función de sus experiencias de la vida real.
Al mismo tiempo, a menudo enfrentan serios riesgos. En países como México y Venezuela, han sido perseguidos, hostigados, atacados, torturados e incluso asesinados. Esta situación presenta un problema grave pero también una oportunidad para poner a las personas en el centro de la Agenda 2030.
Oportunidades para formular políticas
Uno de los principales objetivos de la Agenda 2030 es promover sociedades pacíficas e inclusivas (ODS 16). Este objetivo reconoce la importancia de la información y reconoce el hecho de que los ataques al personal de los medios de comunicación obstaculizan el logro de este objetivo.
De hecho, el indicador 16.10.1 de los ODS requiere que los estados mantengan datos actualizados sobre el número de casos verificados de asesinatos, secuestros, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas de periodistas y personal de los medios asociados. El problema con este indicador es que no incluye expresamente ataques contra periodistas ciudadanos.
Esto brinda la oportunidad de mejorar el indicador e influir en los procesos de formulación de políticas. Algunas de las acciones que podemos tomar para garantizar que los derechos de todos estén protegidos y ayudar con la transformación de nuestras sociedades incluyen:
1. Trabajar para mejorar los marcos legales nacionales para asegurar que los derechos de los ciudadanos periodistas a la vida y la libertad de expresión estén garantizados.
2. Contribuir con el fortalecimiento del sistema judicial, la lucha contra la impunidad y la protección de los periodistas ciudadanos iniciando los procedimientos legales correspondientes.
3. Crear sistemas de recopilación de datos que permitan mantener registros actualizados y que proporcionen datos desglosados que puedan contribuir a la creación de planes nacionales.