Las plataformas laborales – nuevas empresas digitales que conectan a los consumidores con los trabajadores para la prestación de un servicio – ofrecen muchos beneficios, pero persisten los retos para el trabajo decente. En esta columna se argumenta que debe existir un equilibrio entre aprovechar las oportunidades económicas a corto plazo y garantizar a la larga la movilidad ascendente de los trabajadores. En particular, es fundamental crear un sistema de competencias basado en la colaboración, que evolucione con los desafíos en constante cambio que afrontan los mercados laborales locales y mundiales.
Las recientes perturbaciones en la economía mundial están alterando la forma en que vivimos y trabajamos. Antes del Covid-19, los avances en las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) allanaron el camino para las plataformas digitales, facilitando el intercambio de bienes y servicios en el espacio digital y proporcionando a las personas nuevas oportunidades económicas. Ahora, la pandemia ha transformado las tendencias del empleo y reconfigurado los hábitos de consumo. Está acelerando las iniciativas gubernamentales para la transformación digital y la adopción generalizada de soluciones digitales en el lugar de trabajo.
Entre los distintos tipos de plataformas digitales, las laborales resultan de especial interés para muchas personas en los países en desarrollo porque ofrecen oportunidades de empleo que quizá no se encuentren disponibles en sus mercados laborales locales. También ofrecen flexibilidad, que puede ayudar a las mujeres a equilibrar las necesidades de los trabajos de cuidado y el mercado laboral, y permitir que las personas obtengan ingresos a la vez que cursan sus estudios o buscan entretenimiento.
A pesar de estas ventajas, siguen existiendo desafíos y perdura la precariedad laboral. Los trabajadores de la plataforma no son empleados, por lo que ni aquélla ni las empresas ofrecen protección social u oportunidades de desarrollo profesional. De hecho, las plataformas podrían considerarse como nuevos medios en los que se producen antiguas desigualdades. Hay plataformas de trabajo que cruzan fronteras – las que operan y entregan en línea, conocidas generalmente como de ‘trabajo colaborativo en línea’. En estas plataformas, las leyes laborales nacionales para garantizar el trabajo decente dejan de aplicarse.
Entonces, ¿cómo pueden aprovechar las economías los beneficios del trabajo colaborativo en línea a través de plataformas? No existe una única mejor respuesta, pero conviene lograr un equilibrio entre aprovechar las oportunidades económicas a corto plazo y garantizar a la larga la movilidad ascendente de los trabajadores.
Dado que las leyes laborales nacionales que brindan protección y apoyo a los trabajadores ya no pueden ser aplicadas, las iniciativas impulsadas por el Estado resultan fundamentales, especialmente en lo que respecta al desarrollo de capacidades y aptitudes. Los trabajadores de la plataforma necesitan demostrar un nivel de conocimiento y experiencia, cuya ausencia les impedirá probablemente asegurarse empleos. Esto es particularmente cierto en el caso de las ‘macrotareas’, un tipo de trabajo colaborativo en línea que requiere habilidades especializadas. Además, los trabajadores de la plataforma necesitan actualizarse y mejorar sus competencias para seguir siendo competitivos y mantener su trabajo.
La importancia del desarrollo de capacidades y aptitudes se ve reforzada por las lecciones de la Encuesta en Línea sobre el Mercado de Trabajo y el Sector No Comercial 2020 en Filipinas, realizada por el Instituto Filipino de Estudios para el Desarrollo. Un estudio que analiza los datos de esta encuesta constata primeramente que el compromiso actual de los entrevistados con la plataforma es similar al que presentaban durante su labor anterior en la misma; y, en segundo lugar, que su experiencia previa en plataformas es un determinante importante respecto de si estarán actualmente involucrados en su trabajo. Esto sugiere que las cualidades apropiadas son fundamentales para garantizar y mantener el trabajo en una plataforma.
La relevancia del desarrollo de capacidades y aptitudes también se destaca en un estudio que utiliza el Índice de Trabajo en Línea. Por ejemplo, uno de cada cuatro trabajadores colaborativos en línea de Filipinas y uno de cada diez de Bangladesh, India, Indonesia y Pakistán participan en servicios administrativos y de datos. Pero mientras que el 59%, el 45% y el 52% de los empleados colaborativos en línea de India, Pakistán y Vietnam respectivamente desempeñan trabajos relacionados con programas informáticos y el desarrollo de tecnologías, sólo cerca del 14% están realizando tareas en estos sectores en el caso de Filipinas.
Esto no augura pruebas suficientes de que la experiencia sectorial del trabajo colaborativo en línea a través de plataformas varíe a raíz de la pandemia: los puestos de trabajo de apoyo creativo/multimedia y de ventas/comercialización se han reducido considerablemente, mientras que aquéllos que se enmarcan en el ámbito del desarrollo de tecnologías/programas informáticos han demostrado capacidad de recuperación.
A pesar de la fluidez del trabajo, es probable que las aptitudes requeridas sean las mismas para diferentes entornos laborales y modelos de negocio. Con independencia del acuerdo de trabajo, sigue siendo necesario contar tanto con habilidades técnicas (incluyendo aritmética, alfabetización, redacción, cultura de Internet y habilidades básicas en materia de TIC) como con competencias sociales (como gestión del tiempo y habilidades de comunicación interpersonal).
Esto sugiere que centrarse en aptitudes específicas que sólo coinciden con las tendencias actuales no es una buena estrategia. En cambio, hacer hincapié en la creación de sistemas para desarrollar habilidades que sean útiles en cualquier acuerdo de trabajo es un enfoque más sensato. La colaboración entre el mundo académico, la industria, las asociaciones y sindicatos de trabajadores, los proveedores públicos y privados y los organismos gubernamentales es clave a la hora de identificar las necesidades actuales en materia de aptitudes y capacitación.
También resulta esencial identificar programas adicionales de capacitación a medida que se desarrollan las necesidades de los mercados de trabajo locales y mundiales. Además, es fundamental asegurar la continuidad del sistema y facilitar el intercambio de información, herramientas y recursos mientras el sistema evoluciona con cambios en los mercados laborales tanto a nivel local como internacional.
Un sistema de habilidades exitoso es Habilidades de Futuro de Singapur, que proporciona un mapeo integral de recursos sobre educación, carreras y formación para ayudar a los ciudadanos a tomar decisiones más informadas sobre el mercado laboral. El gobierno singapurense también concede créditos que pueden ser utilizados para promover el aprendizaje permanente y el desarrollo de capacidades.
Otras economías pueden aprender de Habilidades de Futuro y adaptar sus principios a sus propios contextos institucionales y de gobernanza. Esto contribuirá a preparar una fuerza de trabajo resiliente que esté lista para afrontar los desafíos de un mundo laboral en constante evolución.