Este blog es parte de una serie organizada en conjunto con la decimonovena conferencia de desarrollo global.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 17 – ‘alianzas para lograr los objetivos‘ pretende fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la cooperación global para el desarrollo sostenible’. Esta columna –una entrada del concurso internacional de blogs juveniles de GDN – aboga por un incremento de la participación de la gente común en estas alianzas. Se destaca una investigación sobre familias nómadas en Chad, que demuestra la importancia de infundir confianza entre las comunidades locales para abordar los grandes retos del desarrollo.
El valor de las alianzas bien gestionadas y de la colaboración en investigación sobre desarrollo goza de gran reconocimiento. Los problemas son a menudo complejos y pueden requerir de multiples disciplinas para abordarlos. Este es el caso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Un ejemplo en el que la investigación y las alianzas profesionales están demostrando un compromiso para lograr salud mundial es Una Salud, un sector que fomenta la colaboración entre investigadores en salud humana, salud animal y las ciencias ambientales.
Pero el foco de interés se centra mayoritariamente en las alianzas profesionales, mientras que los beneficios de las colaboraciones con las comunidades y la gente común han sido ampliamente ignorados. Sin embargo, todos los individuos y las comunidades a quienes los ODS les resultan relevantes son socios potenciales para los ODS. Un sentido de pertenencia de todos los interesados ayudaría a impulsar el avance hacia los objetivos.
El trabajo del médico John Snow en el siglo XIX proporcionó una de las primeras evidencias sobre la importancia de los determinantes sociales de la salud. Demostró que la epidemia del cólera derivó parcialmente de las circunstancias económicas, sociales y culturas imperantes. Considerado como el padre de la epidemiología moderna, fue capaz de lograr sus resultados reconociendo que las personas afectadas por el cólera poseían información valiosa que podría ayudar a detener la epidemia. El mismo principio se aplica en la actualidad, pero su potencial no se está aprovechando plenamente.
Un documento del Banco Mundial de 2012 sintetiza los beneficios económicos del control de enfermedades zoonóticas. Estos tipos de publicaciones resultan cruciales porque proporcionan evidencias sobre la necesidad de priorizar esfuerzos contra estas enfermedades. Pero muchos estudios presentados en el documento que cuantifican los beneficios de las alianzas intersectoriales para el control de las enfermedades se centran en los profesionales y las organizaciones.
Una excepción es un estudio de familias nómadas en Chad, que demuestra que trabajando con ellas, comprendiendo por consiguiente sus circunstancias y disposición hacia la vacunación del ganado, se pueden diseñar intervenciones eficaces que combinen vacunaciones de ganado con programas de vacunación infantil más valoradas. La investigación concluye que los “pastores ya no rechazaron la vacunación de su ganado como había sido el caso antes de que los veterinarios fueran acompañados de personal médico”.
El éxito de dichos programas depende de una adecuada colaboración con las comunidades. Éstas entienden sus circunstancias mejor que los expertos externos, posicionándose como actores adecuados para proponer o ayudar a identificar estrategias sostenibles.
Por ejemplo, un estudio que identifica el consumo de animales muertos como un factor de riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas podría sugerir que la práctica es debida a una falta de conocimiento y concienciación sobre dichos riesgos. Los expertos podrán proponer cambios de comportamiento a través de la sensibilización. Por el contrario, las comunidades pueden entender el riesgo, pero estar dispuestas a asumirlo debido a la inseguridad alimentaria o a cuestiones culturales asociadas a evitar derroches. En dichas situaciones, las vacunaciones contra las enfermedades en animales pueden ser identificadas como intervenciones más viables.
Asimismo, cuando la investigación y las intervenciones finalizan, la acción comunitaria es la vía que puede sostener y fomentar los beneficios que generan. Para evitar que los beneficios concluyan con el cese de la investigación e intervenciones, resulta vital una colaboración adecuada. El caso de estudio del Chad también muestra que, mediante un nivel de compromiso apropiado, nuevas intervenciones pueden potenciar el capital social ya existente desarrollado en intervenciones anteriores.
Fomentar la confianza con las comunidades es fundamental para el éxito de la investigación y su implementación. Los programas que asumen el riesgo de no colaborar con las comunidades fracasan. Los esfuerzos para controlar la crisis del ébola en África occidental se vieron socavados por la desconfianza (entre otros factores). Esto confirma que, sin implicarse de forma apropiada con las comunidades, es probable que los programas de desarrollo enfrenten graves problemas de implementación y desarrollo, llevando a una pérdida de tiempo, dinero y otros recursos.
La investigación sobre nómadas en Chad demuestra cuán importante es la confianza para abordar los problemas de desarrollo. En muchas zonas del África subsahariana, donde muchos de los ODS quedan por realizar, las comunidades aplican un sistema de ‘guardianes‘ localizados, a menudo coordinados para determinar el destino de cualquier estrategia de desarrollo.
Aunque resulta evidente la importancia de trabajar junto a las comunidades, comprometerse con gente común puede suponer dificultades. Por ejemplo, las comunidades pueden tener diferentes prioridades o estar descontentas con cuestiones como la toma de decisiones, el recibimiento de reconocimiento o el acceso a los recursos.
Para evitar estos problemas, las alianzas deben basarse en el respeto mutuo y comprender el propósito de la asociación. Los mecanismos de negociación, resolución de conflictos y toma de decisiones deberían ser establecidos. Implicarse con las comunidades desde el principio ayudará a identificar cuestiones que pueden debilitar significativamente la actividad investigadora o las intervenciones.
La importancia de la colaboración con las comunidades se está reconociendo ahora. Algunas organizaciones que financian proyectos apoyan de forma ocasional eventos de participación públicos e incorporarlos como parte integral de los programas lograría el máximo beneficio.
Para asegurar que las comunidades participan adecuadamente en la investigación que les afectará, los órganos mundiales de gobierno (como Naciones Unidas, la Organización Mundial para la Salud Animal o la Organización Mundial de la Salud), y entidades financiadoras de investigación y programas pueden ofrecer liderazgo garantizando que los proyectos que financian y apoyan cuenten con una clara estrategia de colaboración con las comunidades locales. La Red de Desarrollo Global apoya esta posición y puede usar sus programas, alianzas y colaboraciones para seguir promoviendo esta causa.
En conclusión, se ha argumentado el interés de que las comunidades se involucren en la planificación e implementación de la actividad investigadora e intervenciones para abordar los ODS. El ODS 17 es crucial y no se refiere únicamente a las alianzas entre las organizaciones, profesionales y gobiernos, sino también a la gente común y a las comunidades a las que se dirigen los ODS. El importante capital social que poseen estas comunidades fomentará la generación, aceptación y sostenibilidad de las soluciones.