Como principal canal de información sobre el funcionamiento de las instituciones y sus agentes, los medios de comunicación tienen el potencial de influir en la forma en que los ciudadanos perciben y confían en sus instituciones. El declive de la confianza institucional en las últimas décadas plantea preocupaciones sobre la supervivencia misma de la democracia y el papel desempeñado por los medios de comunicación en su declive. Exploremos la capacidad de los medios de comunicación para influir en la confianza institucional.
La confianza es la piedra angular de la mayoría de las relaciones sociales. Es un determinante importante del bienestar humano y del desarrollo económico. En concreto, la confianza en las instituciones es esencial para la estabilidad de las sociedades y de los sistemas políticos en general.
En las sociedades democráticas, la confianza institucional (o confianza política) es un elemento importante en la relación entre el ciudadano y el gobierno. Es la base para aceptar la autoridad de quienes detentan el poder, confiere legitimidad a los líderes y fomenta la participación ciudadana en la toma de decisiones. Por el contrario, la ausencia o el deterioro de la confianza institucional puede dificultar la organización de las sociedades y la gestión del entorno político y, por lo tanto, plantear una amenaza para la estabilidad de la democracia.
La evolución de la confianza institucional
Si bien en las últimas décadas se ha producido una expansión de los regímenes democráticos, la confianza en las instituciones está disminuyendo tanto en las democracias establecidas como en las emergentes. Un estudio realizado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, basado en datos de encuestas de opinión extraídos de 62 países desarrollados y en desarrollo, indica, por ejemplo, que el porcentaje de personas que expresan confianza en las instituciones públicas ha disminuido del 46% en 2006 al 36% en 2019. Según el mismo estudio, la confianza de los estadounidenses en su gobierno nacional ha caído del 73% en 1958 al 24% en 2021.
En África subsahariana, una exploración de los datos del Afrobarómetro de 30 países revela que la confianza institucional disminuyó entre 2011 y 2023. Este descenso es más marcado en el Parlamento (del 50% al 33%), el Jefe de Estado (del 59% al 46%) y el Poder Judicial (del 59% al 47%) (Figura 1).
Figura 1: Porcentaje de ciudadanos que expresan confianza en diversas instituciones en 30 países del África subsahariana
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Afrobarómetro 2011-2023.
La evolución del uso de los medios de comunicación
En los últimos años, los hábitos de consumo de medios han experimentado una serie de cambios, pero con diferentes grados de intensidad según la región. Los medios de comunicación tradicionales han experimentado una disminución general de su audiencia en el África subsahariana. La radio sigue siendo el medio más utilizado en la región, pero su participación disminuyó ligeramente del 72% en 2011 al 68% en 2023 (Figura 1). Los medios impresos también experimentaron una disminución en las cifras de audiencia, del 21% al 14%, mientras que la proporción de personas que ven la televisión aumentó ligeramente del 49% al 53% durante el mismo período (Figura 1). En la Unión Europea y los Estados Unidos, el consumo de medios de comunicación (televisión, radio, prensa escrita) se ha diversificado significativamente en la última década. Aun así, la televisión sigue siendo la principal fuente de información, con una audiencia que alcanzó el 90% en la Unión Europea en 2022 y el 62% en EE. UU. a principios de 2024.
La disminución de la audiencia de los medios tradicionales está vinculada en parte al desarrollo de los medios digitales y sociales, ayudado por una mayor expansión del acceso a Internet. Según el informe Digital 2024 October Global Statshot, el número total de personas conectadas a internet se estima en 5,500 millones, lo que representa una tasa de penetración del 67.5% y un crecimiento del 2.8% en comparación con 2023. El norte de Europa es la región más conectada digitalmente del mundo (97.5%), seguida de América del Norte (96.9%) y Europa Occidental (94.6%). En el África subsahariana, el uso de Internet se ha triplicado en la última década, pasando del 12% en 2011 al 39% en 2023 (Figura 2). El informe digital 2024 también indica que el número de usuarios de redes sociales en todo el mundo ha aumentado un 5.2% en comparación con 2023, hasta los 5,220 millones de personas, o el 63.8% de la población mundial.
Figura 2: Exposición a los medios de comunicación (diariamente o varias veces a la semana) en 30 países del África subsahariana
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Fuente: Elaboración propia en base a datos del Afrobarómetro 2011-2023.
Los medios de comunicación como determinantes de la confianza institucional
El nivel de confianza institucional y su evolución están vinculados a la evaluación que hacen las personas de diversos factores, entre ellos el desempeño real de las instituciones, la pertinencia de las políticas adoptadas y el desempeño económico del país. Sin embargo, la evaluación de estos factores por parte de los ciudadanos se guía fundamentalmente por la naturaleza de la información de que disponen sobre el funcionamiento de estas instituciones.
Los medios de comunicación son uno de los principales canales de información sobre el funcionamiento de las instituciones y sus agentes, por lo que son un factor decisivo en la construcción de la confianza pública. A través de su contenido, fomentan la apertura de los ciudadanos a la esfera pública y política, e influyen en la forma en que esta información es integrada y analizada por los individuos. La selección y el procesamiento de la información por parte de los medios de comunicación dirige la atención y la comprensión de las personas sobre los asuntos de actualidad y, por lo tanto, ayuda a determinar su actitud hacia las instituciones y los involucrados en ellas. El resultado es una mejora en el discurso público y la participación ciudadana, que puede o no reforzar los sentimientos de confianza y eficacia política.
Por lo tanto, la significativa evolución del entorno mediático mundial plantea interrogantes sobre su posible papel en la disminución de la confianza en las instituciones. La reciente multiplicación de los canales de radiodifusión, impulsada por la tecnología de Internet, ha favorecido la aparición de nuevos medios digitales y ha repercutido en la forma en que se produce, distribuye y consume la información. Este fenómeno ha facilitado el acceso a contenidos diversificados en una variedad de formatos (imágenes, audio, vídeo, blogs, podcasts, etc.). La pregunta es: ¿la diversificación de medios y la digitalización influyen en la confianza institucional?
El vínculo entre la exposición mediática y la confianza institucional
La forma en que los medios de comunicación influyen en la confianza institucional es el tema de puntos de vista divergentes. Por un lado, puede ser positivo, aumentando el interés y el compromiso político de los ciudadanos, y promoviendo la educación y la participación políticas (participación electoral, por ejemplo). La exposición repetida a los medios de comunicación genera un mayor interés por las noticias políticas entre las personas más comprometidas. Por lo tanto, los individuos más seguros de sí mismos tenderán a ampliar su apoyo político a las instituciones.
Por otro lado, el efecto también puede ser negativo en la confianza institucional. Ya sea porque las noticias institucionales y los resultados que producen provocan insatisfacción y desconfianza; o bien, por la mediatización de información falsa o negativa, que conduce a una forma de endeudamiento político y a actitudes cínicas hacia los procesos políticos.
La influencia de los medios de comunicación en la confianza institucional también varía según el tipo de medio: tradicional, digital, público, privado, extranjero, etc. De hecho, la diversificación de la información puede alimentar la diversidad de opiniones y expectativas de los ciudadanos. Los nuevos medios, por ejemplo, dado el nivel de interacción y compromiso que generan, su accesibilidad y su propensión a encerrar a los usuarios en «burbujas de filtro», particularmente propensos a un aumento de la desconfianza política y los agravios económicos, políticos y culturales. Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que, en comparación con los medios tradicionales, las redes sociales son un caldo de cultivo más fértil para la proliferación de la desinformación, la información errónea, los mensajes de odio y el populismo. También fomentan la polarización de las sociedades.
Las restricciones impuestas a los medios de comunicación en algunos países también pueden ser una fuente de desconfianza, fomentando la difusión de información sesgada y alimentando la percepción de que los ciudadanos carecen de confianza en las instituciones.
Estrategias para restaurar la confianza institucional
La principal palanca para restaurar la confianza institucional es política. Los líderes públicos deben tomar medidas para mejorar las percepciones de integridad y fortalecer la confianza pública en sus instituciones. Para ello, deben trabajar para mejorar y reforzar la calidad de la gobernanza a todos los niveles, por ejemplo, garantizando el acceso de los ciudadanos a servicios públicos de calidad. También deben garantizar que las instituciones sean receptivas, transparentes y responsables.
Las estrategias también deben promover el compromiso y la participación de los ciudadanos y comunidades en los procesos de toma de decisiones, estableciendo una relación más inclusiva basada en la confianza entre las personas y sus instituciones.
Al mismo tiempo, es necesario fortalecer la alfabetización mediática mediante la promoción de programas específicos para todos los ciudadanos, desde la escuela, que les permitan evaluar críticamente los contenidos mediáticos. Esto ayudará a reducir el impacto negativo del sensacionalismo y los prejuicios, y fomentará el periodismo responsable y las prácticas éticas de información, para crear un entorno mediático más confiable.
Por último, para combatir la desinformación y la información errónea, es necesario establecer nuevos marcos regulatorios que comprometan la responsabilidad de los medios de comunicación, y en particular de las redes sociales. Sin embargo, se necesitan salvaguardias para asegurar que estos marcos respeten la libertad de expresión y garanticen la protección, la independencia y el pluralismo de los medios de comunicación.