Las habilidades de la fuerza laboral de un país pueden tener un impacto poderoso en sus perspectivas del desarrollo. Al comparar las experiencias de la industria manufacturera en México y Turquía, esta columna muestra el valor de un sistema público de educación y capacitación vocacional con el cual el gobierno está fuertemente comprometido. La participación colectiva de las empresas en el sistema, a través de una asociación empresarial que lo abarque todo, también es crucial para generar habilidades que faciliten su crecimiento a largo plazo y la progresión profesional de sus trabajadores.
Encontrar formas de mejorar la educación, la capacitación y las habilidades es el núcleo de los debates sobre el desarrollo. Por ejemplo, una variedad de estudios muestran la importancia de las habilidades técnicas de nivel medio para mejorar el desempeño de la industria manufacturera en los países en desarrollo y para lograr el crecimiento económico a más largo plazo y más equitativo. Pero, trabajar en exactamente qué tipo de sistemas de educación y capacitación pueden crear que tales habilidades sigan siendo tan escasas.
En mi investigación en la Universidad de Cambridge, comparo los sistemas de formación de habilidades de México y Turquía, así como su impacto en las empresas manufactureras y los trabajadores de la industria automotriz. La forma en que funcionen estos sistemas de habilidades tendrá una influencia importante en las perspectivas de desarrollo de los dos países. También proporciona lecciones para informar políticas de habilidades para el desarrollo en general.
México y Turquía han tenido experiencias de desarrollo muy similares, y ambas han sido clasificadas como las economías de más rápido crecimiento después de los BRICS. Pero mientras se han actualizado del grupo de bajos ingresos al grupo de ingresos medio-alto en la clasificación del Banco Mundial, han estado atrapados allí por un tiempo hasta ahora.
A pesar de estas similitudes, Turquía se ha desempeñado mejor que México, especialmente desde la década del 2000. Parte de la razón radica en los sistemas de habilidades de contraste en los dos países. Por ejemplo, según las Encuestas de Empresas del Banco Mundial, una “fuerza laboral inadecuadamente educada” ha sido un desafío mucho mayor para las empresas mexicanas que para las turcas.
Fuente: Cuentas nacionales de la OCDE
Fuente: Conjunto de datos de productividad de la OCDE
Los sistemas para generar las habilidades que necesitan los trabajadores de manufactura son muy diferentes en México y Turquía. Tanto el compromiso público como la firme participación en los sistemas de educación y formación profesional (EFP) son mucho más bajos en México que en Turquía.
Si bien existe un sistema público del EFP a nivel secundaria superior en México, el gasto público y el control del gobierno del sistema han sido bajos. El compromiso público con el sistema del EFP ha sido mucho mayores en Turquía, incluyendo tanto el gasto como el control por parte del gobierno. El gobierno turco también gasta mucho más por cada estudiante del sistema del EFP que su contraparte mexicana.
Fuente: OCDE Education at a Glance |
La participación de las empresas en el sistema del EFP también han sido muy diferentes en los dos países. En México, las empresas se involucran en el sistema del EFP a nivel individual. Proporcionan capacitación dentro de la empresa, pero la participación colectiva de las empresas en el sistema ha sido muy baja y limitada a las asociaciones empresariales que representan a grandes empresas.
En contraste, en Turquía, las empresas se involucran en el sistema público del EFP no solo a nivel individual, sino también colectivamente. La asociación empresarial que abarca todo el país, conocida como la Unión de Cámaras e Intercambios de Productos Básicos de Turquía, se ha convertido en un socio clave en el sistema del EFP. El cual ha tenido un impacto sustancial en las políticas del EFP durante las últimas dos décadas, lo que ha ayudado a vincular los programas públicos con las necesidades de las empresas.
Debido a la variación en sus sistemas de habilidades nacionales, las empresas manufactureras mexicanas y turcas tienen diferentes estrategias para generar las habilidades que necesitan. Como los trabajadores con la capacitación esencial no están disponibles en el mercado laboral, las empresas mexicanas tienen que contratar trabajadores no calificados y no capacitados para tareas que requieren poca capacitación. Estos trabajadores aprenden principalmente en el trabajo y desarrollan habilidades para tareas específicas.
En contraste, las empresas turcas utilizan el sistema público del EFP como el recurso principal para la generación de habilidades y contratan a los graduados de los institutos del sistema del EFP. Estos trabajadores cuentan con alguna capacitación técnica general y desarrollan algunas habilidades específicas durante su empleo.
Los diferentes sistemas de habilidades y las prácticas de reclutamiento y capacitación tienen implicaciones críticas tanto para las empresas como para los trabajadores en los dos países. Lo cual afectará su experiencia de desarrollo en un cierto punto.
En México, existe una variación sustancial entre las empresas en el nivel y el contenido de la capacitación. Creando esto considerables desigualdades, no solo entre las empresas, sino también entre los trabajadores empleados en estas empresas. Mientras que las empresas más grandes se centran en desarrollar algunas habilidades generales, la capacitación en empresas más pequeñas son mucho más específicas tanto para las empresas como para las tareas. Además, las empresas cuyos trabajadores tienen habilidades específicas son muy limitadas para adaptar sus procesos de producción al cambio tecnológico.
En Turquía, sin embargo, el perfil de la fuerza laboral es menos desigual entre las empresas más grandes y más pequeñas. Además, las empresas tienen mayor flexibilidad para adaptar su fuerza laboral a los cambios.
El desarrollo de habilidades específicas en México también crea grandes obstáculos para el desarrollo profesional de los trabajadores y genera una desigualdad significativa. La promoción de trabajadores con habilidades específicas es más limitada, y los individuos con títulos de preparatoria y educación superior son empleados para puestos que requieren habilidades más altas. Esto crea desigualdades sustanciales entre individuos con niveles de educación más altos y más bajos.
En contraste, los trabajadores turcos tienen más oportunidades de evolución profesional, ya que su capacitación en un instituto del sistema de EFP les proporciona las habilidades generales necesarias.
Esta investigación muestra que un sistema del EFP público con un alto compromiso del gobierno y la participación colectiva de las empresas a través de una asociación empresarial integral es crucial para generar habilidades que faciliten el crecimiento a largo plazo de ambas empresas y el desarrollo profesional de los trabajadores. Dicho sistema puede desempeñar un papel clave en la promoción a largo plazo del crecimiento económico.