Sociedades, gobernanza y conflicto

Los «impactantes» orígenes de los conflictos en países en desarrollo

5 min

by

Camille Laville and Pierre Mandon

¿Qué factores económicos aumentan el riesgo de conflicto? Los cambios repentinos en los ingresos de los hogares, las altas tasas de desempleo y la preocupación sobre los recursos juegan un papel importante. Sin embargo, los responsables políticos también deben tener cierta precaución a la hora de interpretar los estudios sobre conflictos, ya que es común notar sesgos en las investigaciones.

En 2030, los países afectados por conflictos podrían albergar hasta dos tercios de las personas extremadamente pobres del mundo. Por supuesto, es crucial que los responsables políticos comprendan qué factores aumentan el riesgo de violencia para ayudar a estos países a superar o evitar conflictos.

Muchos estudios demuestran que las caídas repentinas de los ingresos, o «choques de ingresos», pueden aumentar el riesgo de conflicto local en los países en desarrollo.

Recientemente analizamos las conclusiones de 64 estudios en los que se examinaron los vínculos entre los ingresos y los conflictos a nivel local. Al analizar estos estudios, logramos una comprensión matizada y exhaustiva de este tema que podría ayudar a orientar las políticas relacionadas. Sin embargo, también encontramos evidencia de sesgos en la investigación que creemos que los responsables políticos deberían reconocer.

Las fuentes del conflicto: un análisis de los efectos sistemáticos

Entre los factores que contribuyen significativamente al riesgo de conflicto en los países en desarrollo, se encuentran aquellos que amenazan las perspectivas económicas y los ingresos de los grupos e individuos beligerantes activos (o potenciales). Entre ellos figuran acontecimientos repentinos y difíciles de predecir, como las variaciones de los precios de las materias primas y las fluctuaciones climáticas.

Mediante las investigaciones de nuestro análisis, se sugiere que disponer de mayores ingresos y mejores oportunidades económicas en el sector agrícola puede reducir el riesgo de conflictos a nivel local. Sin embargo, tener ingresos más bajos en este sector no aumenta consistentemente el riesgo de conflicto. Esto significa que factores aparte de los ingresos, como los agravios (sentimientos o percepciones de injusticia, resentimiento o insatisfacción derivados del maltrato, la injusticia o la violación de derechos, reales o percibidos) y la capacidad del gobierno para mantener el orden efectivamente tienen un impacto sobre el riesgo de conflictos a nivel local.

Por ejemplo, el impacto de los fenómenos climáticos en los conflictos no está relacionado únicamente con los cambios en los ingresos agrícolas. Asimismo, tener mayores ingresos y oportunidades económicas en el sector extractivo, como el petróleo o las industrias minerales, no aumenta sistemáticamente el riesgo de conflicto a nivel local.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que los resultados de los diversos estudios pueden variar en función de los factores específicos que examinen o de los métodos que utilicen. Por ejemplo, los estudios que se centran en eventos negativos, como inundaciones o sequías, o aquellos que analizan delitos como robos o asaltos, tienden a informar un mayor riesgo de conflicto. Por otro lado, los estudios que tienen procesos de publicación más estrictos o que analizan áreas geográficas más pequeñas tienden a reportar un menor riesgo de conflicto.

Los estudios que se centran en acontecimientos positivos relacionados con los hidrocarburos o los minerales suelen hallar un menor riesgo de conflicto, especialmente cuando se centran en un solo país o incluyen muestras más amplias.

Sesgos en la investigación

En nuestro análisis, se destacan los problemas con los sesgos en la investigación. Estos pueden distorsionar nuestra comprensión de los efectos a nivel local de los choques de ingresos en los conflictos. Muchos estudios son útiles a pesar de sus sesgos. Sin embargo, les aconsejamos a los responsables políticos que sean conscientes de que es posible que solo estén viendo una parte del panorama, y que sean cautos a la hora de generalizar los resultados de los estudios sobre conflictos. Esto resulta particularmente importante cuando se considera la posibilidad de aplicar políticas a países fuera de la zona de estudio.

Para ahondar más en detalle, los estudios de conflictos no son inmunes al sesgo de publicación. Se trata de un problema común en todos los campos de investigación, por el que los editores de revistas científicas son más proclives a publicar estudios con resultados que siguen un patrón determinado. Podrían rechazar estudios que están perfectamente elaborados solo porque los resultados no son lo suficientemente «espectaculares» o no siguen una determinada narrativa, por ejemplo.

En nuestro caso, observamos que los estudios que señalan una relación significativa entre las crisis de ingresos y los conflictos tienen más probabilidades de ser publicados que los que no encuentran ninguna relación. La investigación centrada en los vínculos entre los conflictos y las crisis de ingresos en el sector agrícola es especialmente susceptible a este tipo de sesgo, sobre todo los estudios que analizan las crisis de ingresos causadas por problemas medioambientales.

Por otra parte, los propios investigadores son imparciales. Los investigadores que estudian los problemas agrícolas y los mecanismos inductores de conflictos son susceptibles a una forma de sesgo de confirmación que los lleva a encontrar relaciones más fuertes entre las crisis de ingresos y los riesgos de conflicto. En consecuencia, es menos probable que presenten estudios con resultados contraintuitivos (es decir, estudios que muestren una reducción del riesgo de conflicto tras un choque de ingresos). Por el contrario, es más probable que produzcan estudios que muestren un mayor riesgo de conflicto.

Por último, nuestro análisis destaca lo que parece un «sesgo de negatividad» en el enfoque académico de los ingresos y los conflictos. De hecho, en casi el 70 % de los estudios, el enfoque es el efecto perjudicial de los choques de ingresos en los conflictos, muchos más de los que analizan los efectos positivos. Para agravar esta distorsión, las revistas favorecen los estudios que muestran un mayor riesgo de conflicto tras una caída de los ingresos.

En conclusión, tras nuestro análisis, se expone la necesidad de llevar a cabo más investigaciones sobre los mecanismos que vinculan las crisis de ingresos con el riesgo local de conflicto. Una mejor comprensión de estos aspectos conducirá a políticas de pacificación más eficaces.

Camille Laville
Investigadora, IHEDN
Pierre Mandon
Economista, Banco Mundial