Muchos kenianos quedan desamparados por la malaria. Además, la enfermedad causa daños a corto y largo plazo a la economía nacional. Este artículo cuantifica la enorme carga económica y social de la malaria para Kenia con cifras que resaltan la urgente necesidad de medidas preventivas, como las vacunas.
La conmemoración anual del Día Mundial de la Malaria el 25 de abril sirve como un recordatorio de que miles de personas aún mueren cada año a causa de una enfermedad que es tanto prevenible como curable. Además, se estima que la carga financiera de la enfermedad empuja a más de 100 millones de personas en todo el mundo por debajo del umbral de la pobreza cada año como resultado de los gastos menores en salud, que son los costos de atención médica que deben cubrir ellos mismos.
El gobierno de Kenia ha presentado varias iniciativas diseñadas para garantizar que todos tengan acceso a servicios de salud de calidad sin sufrir dificultades financieras. El programa Universal Health Coverage (UHC) es la más reciente de estas iniciativas. Se había probado en cuatro de los 47 condados para 2022, pero no se ha implementado a nivel nacional debido a limitaciones de recursos. El Fondo Nacional del Seguro de Salud (NHIF), que está a cargo de implementar el UHC, ofrece una seguridad financiera rudimentaria. Sin embargo, el fondo solo ofrece una protección financiera limitada, siendo los pobres, los mayores de 60 años y los pacientes con enfermedades crónicas los que menos acceso tienen.
La malaria es también un serio impedimento para el crecimiento económico nacional. Este artículo proporciona una idea más clara de la escala de la enfermedad y sus verdaderos costos para la sociedad, costos que fortalecen el caso de las vacunas y otras medidas preventivas. A su vez, estas medidas no solo salvarán vidas y mejorarán el bienestar, sino que también evitarán el daño económico que la malaria inflige en los hogares y la sociedad. Las ideas de este artículo pueden ayudar a los formuladores de políticas a desarrollar medidas políticas, como reformas en el Fondo Nacional del Seguro de Salud, junto con la realización de investigaciones, especialmente en el área de la vacunación contra la malaria.
Prevalencia de la malaria en Kenia
La Organización Mundial de la Salud afirma que casi cada minuto muere un niño a causa de la malaria en África. En Kenia, aproximadamente el 70% de la población de Kenia está en riesgo de contraer malaria. Según la Encuesta Económica de Kenia de 2023, la malaria representó el segundo mayor número de casos de enfermedad con un 11.7% en 2022. Las encuestas domiciliarias anuales muestran una reducción en la prevalencia del parásito de la malaria del 8% en 2015 al 5.6% en 2020. Entre otros factores, la Organización Mundial de la Salud atribuye la tendencia a la baja en la prevalencia de la malaria a la introducción de la vacuna contra la malaria en 2019. Sin embargo, la tasa de disminución se ha ralentizado desde 2017. Esta tendencia destaca la necesidad de medidas prevenibles sostenibles alternativas para reducir y eliminar la prevalencia de la malaria en Kenia.
Los costos de la malaria en Kenia: indirectos y directos
Tanto los individuos como la economía en su conjunto sufren gastos directos e indirectos como consecuencia de la malaria. Los costos directos se refieren a los gastos incurridos debido al manejo médico de la enfermedad, mientras que los costos indirectos son los gastos incurridos debido a otras pérdidas. Estos costos van desde la pérdida de salarios hasta la pérdida de productividad y los gastos, incluida la necesidad de cuidar a los niños, en los que de otro modo no se incurriría.
Un estudio sobre Kenia estimó que el costo económico directo de la malaria tanto para el gobierno como para los hogares en niños de cinco años de edad fue de aproximadamente US$251 millones en 2009. Los costos directos totales de la malaria representan el 43.5% del costo total estimado, mientras que los costos indirectos, incluidas las muertes, representan el 56.5% de los costos totales. La muerte contribuye a los costos indirectos porque el hogar y la sociedad pierden las ganancias futuras de por vida del individuo.
El costo directo de la atención médica genera un mayor gasto de bolsillo, especialmente cuando falla la prestación de servicios públicos. Este gasto consume el ingreso disponible de los hogares, que de otro modo podrían haber gastado en productos y servicios que respaldan mejor la economía.
Los investigadores han estimado el costo indirecto de la malaria, donde un aumento del 10% en la prevalencia de la malaria reduce los salarios individuales mensuales entre un 3.3% y un 3.8%. En Kenia, la malaria provoca una pérdida anual de más de 170 millones de días laborales. Según los economistas, la malaria provoca una «penalización del crecimiento» de hasta un 1.3% anual en algunas naciones africanas. Esta pérdida a lo largo del tiempo da como resultado disparidades significativas en el PIB entre países con y sin malaria. En el sector de la educación, se estima que la malaria contribuye entre el 5% y el 8% de todo el ausentismo entre los niños que van a la escuela. Esto equivale al 50% de todo el ausentismo evitable.
Conclusión
Es fundamental que los métodos destinados a eliminar la malaria se agilicen dado su importante impacto económico. Es evidente que la mayoría de los kenianos no pueden pagar de su bolsillo. El aumento anual de la financiación para el sector de la salud debe estar respaldado por datos y priorizado hacia el acceso, la adopción y el uso de intervenciones preventivas de la malaria para reducir la carga socioeconómica de la malaria. El impacto de la vacunación contra la malaria no se puede subestimar y el despliegue nacional de la vacuna contra la malaria debe tener como objetivo aumentar la cobertura de ocho a los 47 condados.