Derechos básicos e igualdad

Luchar contra el trabajo infantil aumentando los ingresos: ¿funciona?

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by

Megan Passey

Las variaciones en los ingresos pueden acarrear importantes consecuencias para las comunidades agrícolas, incluso sobre la prevalencia del trabajo infantil. Además, el vínculo es complejo: mientras que es probable que las caídas de ingresos incrementen la incidencia del trabajo infantil, los aumentos no causarán necesariamente su disminución. Esta columna examina el papel que las políticas y los programas pueden desempeñar en la reducción de los efectos negativos sobre el trabajo infantil.

Hace cinco años, los líderes mundiales acordaron un objetivo ambicioso: “erradicar el trabajo infantil en todas sus formas“ para el año 2025. ¿Será cumplido? Es improbable. La Organización Internacional del Trabajo prevé que aún habrá 121 millones de niños en el trabajo infantil en 2025 si continúa el avance al ritmo actual.

Esas estimaciones se formularon antes de la pandemia global y la introducción de una serie de medidas para controlar su propagación, incluyendo cierres de escuelas y restricciones de movimiento. Como hemos visto en los casos del Ébola y otras pandemias recientes, es probable que el trabajo infantil se incremente en estas circunstancias.

Cuando el ambicioso objetivo parece cada vez más inalcanzable, ¿qué estrategias existen para reducir el trabajo infantil y cuáles son las pruebas de su impacto?

¿Podría el aumento de ingresos ayudar a reducir el trabajo infantil?

Siendo ampliamente aceptada la pobreza como una de las causas profundas del trabajo infantil, las medidas para elevar los ingresos podrían ser una parte significativa de la solución. Pero mientras muchos estudios muestran que el trabajo infantil y los ingresos familiares están relacionados, necesitamos pruebas de causalidad para responder a la pregunta.

La Iniciativa Internacional del Cacao ha revisado las pruebas de investigación sobre lo que sucede con el trabajo infantil en hogares agrícolas (donde tiene lugar aproximadamente el 70% del trabajo infantil) cuando los ingresos domésticos cambian. Estudiamos el impacto de tres factores desencadenantes:

  • Impactos negativos externos, como sequía o enfermedades de los agricultores que redujeron ingresos.
  • Shocks positivos externos, como mayores cosechas o incrementos de precios que aumentaron los ingresos.
  • Políticas sociales, como transferencias de efectivo o subsidios escolares, diseñados para incrementar ingresos o aliviar la presión sobre los presupuestos domésticos.

¿Qué podemos aprender de los impactos que afectan a los ingresos?

La revisión de pruebas indica que los shocks que reducen los ingresos familiares aumentan generalmente el trabajo infantil. Frente a la pérdida de cosechas o caída de precios, se usa el trabajo infantil como una solución amortiguadora para hacer frente a circunstancias difíciles — incrementando el tiempo de los niños en la granja, a veces a costa de la escolarización. Los progenitores no perciben siempre los costos del trabajo infantil o los beneficios de la educación. Cuando lo hacen, tienen a menudo pocas alternativas. En un ejemplo de Côte d´Ivoire, una caída del 10% de los precios del cacao llevó a un incremento de 5 puntos porcentuales en el trabajo infantil.

Estas conclusiones preocupan especialmente en el contexto actual, en el que son probables caídas en los ingresos domésticos debido a los efectos de la pandemia del Covid-19. Por ejemplo, el Banco Mundial ha previsto una recesión en el África subsahariana.

Estudios de perturbaciones que incrementaron ingresos, como mayores precios o cosechas, muestran un panorama más variado. Sólo cuatro de once encuentran claras reducciones en el trabajo infantil y, en cinco casos, aumentó. Muchos hogares invirtieron en productividad agrícola cuando vieron posibilidades de obtener mayores rendimientos, elevándose la demanda de trabajo infantil. Esto sugiere que siempre que aumente el valor de las actividades agrícolas, existe un riesgo potencial de que también se incremente el trabajo infantil.

¿Pueden marcar la diferencia las políticas y los programas para aumentar los ingresos?

También hay pruebas sobre una serie de políticas sociales diseñadas bien para apoyar los ingresos directamente – como transferencias de efectivo – o para reducir la carga sobre los presupuestos de los hogares, por ejemplo, subvencionando los gastos escolares.

De nuevo, los resultados son desiguales: algo más de la mitad de las políticas o programas examinados dieron lugar a una disminución del trabajo infantil, mientras que una minoría provocó que el trabajo infantil aumentara.

Las transferencias de efectivo surgen como una de las intervenciones más esperanzadoras, llevando generalmente a reducciones del trabajo infantil, aunque los efectos difieren para niñas y niños. Teniendo esto en cuenta, deberían ser valoradas positivamente las medidas adoptadas por muchos países para mitigar los impactos sociales y económicos de la pandemia actual ampliando programas de protección social.

Cuando las políticas de apoyo a los ingresos ocasionan un incremento del trabajo infantil, se debe a dos razones principales:

  • Los hogares invirtieron en granjas o negocios (generando más trabajo para los niños).
  • El aumento de ingresos fue demasiado pequeño para compensar las pérdidas que se producen cuando los niños dejan de trabajar. En un ejemplo, una transferencia de efectivo condicionada a la asistencia escolar no cubría completamente el coste de la escolarización, causando un incremento del trabajo infantil para compensar el déficit.

Una nueva perspectiva sobre la complejidad del cambio en los ingresos y el trabajo infantil

Los resultados de la investigación muestran que el vínculo entre cambios en los ingresos y trabajo infantil es complejo. Si bien es probable que las caídas en los ingresos incrementen el trabajo infantil, los aumentos no causarán necesariamente una disminución del mismo. De igual forma, mientras las políticas para aumentar los ingresos pueden ser eficaces en la reducción del trabajo infantil, estas deben diseñarse cuidadosamente.

Estas conclusiones destacan el hecho de que los niños trabajan por razones diversas influidas por factores múltiples, no sólo los ingresos. Todo esto debe tenerse en cuenta al diseñar políticas e intervenciones. Si bien abordar la pobreza debe ser parte de la solución, centrarse sólo en los ingresos será insuficiente para hacer frente al desafío de eliminar el trabajo infantil para el 2025.

Lea el estudio completo aquí: Los efectos de los cambios en los ingresos sobre el trabajo infantil: Una revisión de las pruebas desde la agricultura a pequeña escala.

 

Megan Passey
Head of Knowledge and Learning, International Cocoa Initiative.