En las administraciones de los países africanos hay una nueva tendencia generalizada a desviar fondos que debieran servir para actividades productivas: la búsqueda de prestaciones para gastos diarios. Esta columna argumenta que la naturaleza devastadora de los sistemas «per diem» en África es una de las causas principales del fracaso de los esfuerzos de desarrollo. La asignación de presupuesto para viáticos debería recuperar su papel como instrumento de desarrollo en lugar de ser una herramienta de corrupción.
Una parte cada vez mayor del gasto público en los países africanos se destina al pago de «viáticos» y otras formas de asignaciones para gastos diarios, en relación con la participación en seminarios, talleres y viajes para misiones de trabajo. Dadas las limitaciones presupuestarias y las dificultades financieras públicas que enfrentan casi todos los gobiernos del continente, ésta es una tendencia inquietante.
Hasta ahora, también ha sido en gran medida una preocupación inexplorada en la comunidad de desarrollo. En PER DIEM. The Petty Corruption That Hurts: How the Scramble for Daily Allowances Jeopardises the Development of the African Continent, expongo los resultados de mi investigación sobre las asignaciones para viáticos. Ofrezco evidencia de que el sistema se ha pervertido y está trabajando en contra de los objetivos que sustentan su existencia.
El problema
Originalmente, las asignaciones de presupuestos para viáticos se introdujeron para resolver un problema real: cubrir los costos asociados con los viajes, para un desarrollo adecuado de misiones, talleres y seminarios productivos. Con el tiempo, los viáticos se han desviado de este objetivo y se han convertido en un dilema perturbador.
Tomemos un ejemplo, un taller de capacitación. Sin una asignación de gastos para viáticos muchos participantes potenciales no podrían asistir a la reunión, ya sea porque solo estaban interesados en los viáticos o porque realmente no pueden acudir sin ellos. Por otro lado, si se proporciona un presupuesto diario generoso a los asistentes, el taller podría estar lleno, pero no con las personas que realmente deberían estar allí.
En términos más generales, en todo el continente, la maximización de los viáticos ha tenido prioridad sobre la calidad de las actividades para los que se destinan. Dichas actividades a menudo se planifican e implementan solo en la medida en que generan viáticos, en detrimento de sus efectos reales sobre el desarrollo.
Por lo tanto, las asignaciones para viáticos que al principio se introdujeron con buenas intenciones se han convertido gradualmente en una poderosa herramienta de distorsión que altera el impacto de los esfuerzos de desarrollo. Muchos talleres y reuniones se utilizan para ganar dinero, recompensar a amigos y conocidos y fortalecer las redes en detrimento de los objetivos establecidos de formación en capacidades.
Aunque la práctica de asignar gastos para viáticos está justificada en muchos casos, está dejando de ser parte de la solución para convertirse en parte del problema. La posibilidad de obtener estas asignaciones influye negativamente en los proyectos y el diseño del programa, las decisiones de gestión y la forma en que los empleados pasan su tiempo.
Todo esto tiene un poderoso efecto de distorsión en los esfuerzos de desarrollo y las finanzas públicas. Por ejemplo, durante el año fiscal 2008/09, el gobierno de Tanzania presupuestó $390 millones de dólares americanos para estas prestaciones, una cantidad equivalente al salario básico anual de 109,000 docentes. Además, el 16,2% de la nómina total en 2011 en Tanzania se asignó al pago de viáticos. En Malawi, las prestaciones relacionadas con los viajes representaron el 21,9% de los salarios.
En ocasiones, los funcionarios acuden a varias reuniones durante un mismo día, y usan la técnica de «saltarse» las juntas. Firman las listas de asistencia de varias reuniones durante un solo día ¡sin asistir a ninguna de ellas!
En Nigeria y Camerún, a algunos altos funcionarios se les pagaron viáticos para los talleres de capacitación de una semana de duración. ¡Pero asistieron solamente unos minutos! En Malawi, hay funcionarios que reciben ¡más de 1,000 días de viáticos por año! En Ghana, se reportó que ¡hasta el 80% de los ingresos de un médico provienen de los viáticos! Una encuesta en Camerún reveló que el sistema de asignación de presupuesto para viáticos es una de las principales razones por las cuales los funcionarios públicos mantienen sus trabajos en el sector público, a pesar de los bajos salarios.
En algunos casos, algunas instituciones y donantes compiten por pagar los mejores viáticos como una forma de atraer a las personas para que asistan a sus reuniones y favorezcan sus actividades. En Mali, la prestación diaria concedida por el gobierno varía entre 4.500 FCFA y 7.500 FCFA, frente a 15.000 FCFA para proyectos financiados por donantes.
Además de la corrupción y el fracaso de los proyectos de desarrollo asociados con la asignación de viáticos, estás prácticas institucionalizan y legalizan la pérdida de tiempo. Los funcionarios están tentados a viajar o ir a reuniones en lugar de realmente trabajar.
En una reciente reunión anual del Banco Mundial en Washington, un país africano llegó con una delegación ¡de casi 200 miembros! Durante el último Mundial de Fútbol en Brasil, los jugadores africanos se quejaron, pues se sentían agobiados debido a la gran cantidad de funcionarios de gobierno que los acompañaban. En 2013, 600 personas viajaron a Nueva York con el presidente nigeriano con el único propósito de asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
¿Qué se puede hacer ?
En todo el continente, los sistemas de asignación de presupuesto para viáticos necesitan una reforma urgente. De mi investigación derivo algunas propuestas:
- Dejar de tratar estas prestaciones como un suplemento salarial. Ofrecer menos viáticos y mejores salarios es una manera de corregir las distorsiones del sistema.
- Revisar las actividades de formación. Son demasiados los viáticos que se usan para reuniones y seminarios de utilidad cuestionable.
- Limitar el pago de viáticos al reembolso de los costos reales incurridos. Esto reducirá la tendencia a ver las misiones como un medio para ganar dinero.
- Mantener la transparencia y la equidad en los pagos de viáticos.
- Desarrollar una mejor coordinación y aprender de las buenas prácticas.
Necesitamos un sistema de asignación de presupuesto de viáticos más eficiente, para que la asignación de estos presupuestos pueda recuperar su vocación de instrumento para el desarrollo en lugar de ser una herramienta de corrupción.