A medida que el clima global continúa cambiando y los fenómenos meteorológicos extremos se vuelven cada vez más comunes, es vital que los responsables de formular las políticas de todo el mundo utilicen todos los recursos a su alcance para mitigar y adaptarse a los nuevos riesgos, especialmente en el ámbito agrícola. Esto es evidente en Bangladesh, donde un rico acervo de soluciones basadas en la naturaleza y en el conocimiento indígena ofrece diversos métodos y herramientas para gestionar los recursos naturales ante la incertidumbre climática.
El cambio climático representa una gran amenaza para Bangladesh. Los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, ciclones e inundaciones, son cada vez más frecuentes e intensos. Los fenómenos climáticos extremos afectan la vida y los medios de vida de las personas, impactando la agricultura, los sistemas de salud, los sistemas de agua y saneamiento, y la seguridad. Si bien esto ocurre en todo el mundo, estos riesgos son particularmente graves en Bangladesh.
Sin embargo, Bangladesh también es rico en soluciones basadas en la naturaleza y en conocimiento indígena. Esto significa que existen numerosos métodos y prácticas para pronosticar y afrontar fenómenos meteorológicos extremos y otros desastres, arraigados en la cultura bangladesí. Esto es el resultado de siglos de interacción humana con el entorno y el clima locales
Las soluciones basadas en la naturaleza y el conocimiento indígena y local son términos que se utilizan para describir la sabiduría, las técnicas, los enfoques, las habilidades, las prácticas, las filosofías y la singularidad del conocimiento dentro de una cultura determinada. Estas ideas y comportamientos son desarrollados por las comunidades locales a lo largo de muchos años y se basan en una comprensión profunda de contextos únicos.
En particular, el conocimiento indígena y local se transmite generalmente mediante tradiciones orales y prácticas. Para la adaptación y mitigación del cambio climático, dada la necesidad de resiliencia en múltiples sectores, las personas de diferentes geografías poseen conocimientos diferentes y, por lo tanto, practican habilidades diferentes. Esto significa que, en diversos puntos críticos del clima, existe una amplia gama de métodos y técnicas de adaptación y mitigación del cambio climático en diferentes comunidades.



Soluciones basadas en la naturaleza y conocimiento indígena para la resiliencia hídrica agrícola
Bangladesh tiene una larga trayectoria en el uso de métodos y herramientas indígenas para la gestión del agua en la agricultura. Estas prácticas desempeñan un papel crucial en el riego, el control de inundaciones, la resiliencia a la sequía y la gestión de la salinidad, ofreciendo formas sostenibles y económicas de adaptación al cambio climático.
Gestión de inundaciones y sequías
Dos sistemas tradicionales ampliamente utilizados son el Jolpotti (también llamado Koloshi) y el Kuni. El sistema Jolpotti suministra agua a los cultivos mediante macetas de barro y cintas de yute, un método eficiente y resiliente al clima, especialmente adecuado para cultivos como hortalizas de granja, sandía y pepino. El término Kuni se refiere a pequeños cuerpos de agua creados dentro de los arrozales. Estos embalses almacenan agua para riego durante los períodos secos y también sustentan a peces, patos e incluso ganado, lo que permite un sistema agrícola diversificado y sostenible.
En regiones propensas a la sequía, como la zona de Barind, los agricultores utilizan Kunala (también conocido como Kulala o Kulayla) para preservar el agua de riego y así proteger los cultivos de plagas como las ratas. El acolchado es otra práctica común: los residuos de cultivo o la paja cubren el suelo para reducir la evaporación, regular la temperatura y conservar la humedad, lo que lo hace especialmente eficaz para las patatas y otros cultivos sensibles al calor. Los agricultores también recurren a pozos de agua para aprovechar las aguas subterráneas cuando las aguas superficiales se agotan.
Gestión de la salinidad y las mareas
En zonas afectadas por la salinidad, los agricultores emplean prácticas tradicionales para proteger los cultivos y aumentar su resiliencia. Kol crea pasillos de barro en capas para bloquear la intrusión de agua salada, mientras que Chemot utiliza bambú y estaño para fabricar herramientas resistentes a la oxidación. Konkona consiste en excavar pozos profundos para recolectar agua de lluvia y regar durante las sequías, y Kaite Bera sirve como barrera contra las mareas y los daños causados al ganado. Los sistemas integrados Kuni combinan el cultivo de arroz con peces, patos y hortalizas, fomentando un ecosistema agrícola sostenible y diversificado.
Incorporación de prácticas indígenas en la agricultura moderna y la gestión del territorio
Estas prácticas son más que estrategias de supervivencia; son sistemas adaptativos que combinan la conservación del agua con la seguridad alimentaria. Al pronosticar patrones climáticos, regular la humedad del suelo y prevenir daños a los cultivos causados por la salinidad, los métodos indígenas fortalecen la resiliencia de las comunidades a la variabilidad climática.
A pesar de su eficacia comprobada, muchas de estas prácticas permanecen sin documentar o se pasan por alto en favor de las tecnologías modernas. Esto corre el riesgo de interrumpir la transmisión de valiosos conocimientos entre generaciones. La combinación de sistemas indígenas con innovaciones modernas ofrece la oportunidad de crear sistemas agrícolas más sólidos y resilientes al clima en Bangladesh.
Para lograrlo, los responsables de formular las políticas, los educadores y las comunidades deben documentar, promover e integrar las prácticas tradicionales en la planificación de la adaptación. De este modo, Bangladesh puede aprovechar su patrimonio cultural y, al mismo tiempo, dotar a sus agricultores de soluciones sostenibles ante los crecientes desafíos del cambio climático.
Existen, por supuesto, brechas entre el conocimiento indígena y el científico. Esto se debe a las diferencias de contexto y filosofías subyacentes, ya que el conocimiento científico suele considerarse universal, mientras que el conocimiento indígena suele considerarse culturalmente específico. Esto dificulta la integración de estos tipos de conocimiento, debido a las disparidades de poder, la marginación, la ausencia de marcos comunes y la tendencia de los métodos científicos a descontextualizar los datos sobre soluciones indígenas y basadas en la naturaleza, lo que crea barreras adicionales.
Superar estas diferencias podría conducir a soluciones integrales y sostenibles para problemas como el cambio climático, promoviendo innovaciones culturalmente relevantes donde las comunidades rurales, indígenas y agrarias, incluso en Bangladesh, participen como colaboradores en igualdad de condiciones en la investigación.