Las políticas y los programas en los sistemas educativos del África subsahariana no pueden ser “como si no hubiera ocurrido nada” después del Covid-19. En esta columna se argumenta que existe una necesidad urgente de inversión pública en tecnologías de la información y la comunicación para abordar las implicaciones a corto, mediano y largo plazo de la pandemia, lo que aumenta notablemente las desigualdades educativas. El sector privado y los donantes deben complementar estos esfuerzos iniciando paquetes de tecnología digital en las instituciones educativas de África.
Como consecuencia de la pandemia del Covid-19, el papel de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la educación se ha convertido en un tema de gran preocupación para los responsables de la formulación de políticas y el público. Aquí, nos centramos en la evidencia sobre los impactos clave de la inversión en TIC en la educación en los países del África subsahariana.
En resumen, la inversión en TIC mejora la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, impulsando los resultados educativos y superando las desigualdades educativas. Estos beneficios implican que los países africanos deben diseñar políticas que promuevan la inversión en TIC en el sector educativo, junto con inversiones para impulsar infraestructura como electricidad, edificios escolares y recursos humanos.
Además de la inversión del sector público, el sector privado y los donantes deben complementar estos esfuerzos iniciando paquetes de TIC en las instituciones educativas. También es fundamental acompañar la inversión pública y privada en TIC con proyectos de investigación que proporcionen evaluaciones del impacto de la pandemia en los resultados educativos en África y los mecanismos de supervivencia que se han adoptado.
El papel de las TIC en la educación en África subsahariana
África está progresando en el uso de las TIC en todos los aspectos de la vida. Pero el progreso ha sido mucho más lento que en otras partes del mundo. Por ejemplo, África tiene la cobertura 4G y el acceso a computadoras más bajos. La región también tiene la mayor disparidad de género en el uso de las TIC y los precios más caros para la voz y los datos móviles. El bajo uso de las TIC se evidencia en su aplicación a diversos sectores, especialmente el educativo.
La falta de TIC en África podría explicarse por el escaso acceso a la infraestructura. Por lo tanto, la inversión en TIC para la educación en África debe emprenderse como un “paquete” que incluya la prestación de servicios complementarios como edificios escolares, electricidad y recursos humanos. La evidencia de China sugiere que el uso de las TIC en las instituciones educativas está influenciado por el desarrollo de la infraestructura de las TIC.
Numerosas intervenciones recientes han buscado impulsar la inversión en TIC en los sectores educativos de los países africanos tanto por parte de los gobiernos como de los donantes. Ejemplos de tales iniciativas incluyen la iniciativa Fondo Fiduciario UNESCO-Corea (KFIT) sobre las TIC que transforman la educación en África y eLearning Africa.
A nivel de país, hay intervenciones similares, como la distribución de computadoras portátiles a los estudiantes y la inversión en centros de recursos de TIC en las escuelas. Por ejemplo, Kenia, que se considera un centro de TIC en África, ha implementado varios programas y políticas relacionados con las TIC, incluido el lanzamiento de una estrategia nacional de banda ancha de 2013 a 2017, un programa de “una computadora portátil por niño”, la Red de Educación de Kenia (KENET) y un programa de alfabetización digital.
A pesar de estas intervenciones, la aplicación transformadora y a gran escala de las TIC a la educación en África sigue siendo decepcionantemente baja. Por ejemplo, muchas instituciones educativas (especialmente en los niveles primario y secundario) todavía dependen de “tiza y pizarrón” para la enseñanza y el aprendizaje. Además, África tiene las escuelas secundarias superiores más desfavorecidas en términos de acceso a electricidad, computadoras e Internet. Esto dificulta la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular sobre el uso de las TIC y la educación de calidad (Objetivos 9 y 4).
Los investigadores y los responsables de la formulación de políticas que abogan por mayores intervenciones de las TIC en la educación destacan varios beneficios, como la mejora de la calidad de la enseñanza y el aprendizaje. La inversión en educación impulsada por las TIC cambia la forma en que se lleva a cabo la enseñanza y el aprendizaje, estimulando una formación más práctica que teórica. Las plataformas de las TIC proporcionan a los profesores y a los estudiantes los medios para explorar más a fondo, ya que existen numerosos dispositivos e instrumentos basados en tecnología. A través de las TIC, los formadores están expuestos a una amplia gama de nuevas pedagogías y trabajan de manera más eficiente en sus tareas administrativas.
Si bien hay evidencia limitada sobre los impactos de las TIC en los resultados educativos en África, la evidencia de otras jurisdicciones, incluidas Asia, Europa y América Central y del Sur, apunta a impactos positivos en los resultados educativos, como los puntajes de las pruebas, las habilidades cognitivas y las habilidades digitales.
La evidencia de Kenia muestra que la iniciativa poa! Internet, un proveedor privado de servicios de Internet que brinda acceso gratuito a instituciones educativas seleccionadas, generó mejoras en los resultados educativos inmediatos e intermedios, incluido el acceso a la información y las habilidades y la capacitación en el uso de computadoras e Internet.
Estos resultados indican que la inversión en TIC en el sector educativo en África podría conducir a mejoras en los resultados educativos. Pero la evidencia de otras jurisdicciones sugiere que los impactos positivos de las TIC en los resultados educativos requieren una inversión complementaria en electricidad, edificios escolares y recursos humanos.
El Covid-19 y la educación en África subsahariana
La pandemia ha afectado el acceso a la educación en África. Si bien durante mucho tiempo ha habido desigualdad en las técnicas educativas entre la región y otras partes del mundo, la pandemia ha exacerbado un fenómeno ya precario. Se desconocen las implicaciones a largo plazo del Covid-19 para los resultados educativos, pero se entiende ampliamente que existe la necesidad de reorientar los sistemas educativos a través de la inversión en TIC, tanto a nivel mundial como en África. (Vea también las iniciativas similares del Fondo de Servicio Universal, USF).
En los países desarrollados, incluso antes del advenimiento de la pandemia, el uso de las TIC en las escuelas era significativo. Por ejemplo, las plataformas de TIC en escuelas bien equipadas facilitaron la impartición de clases y conferencias a través de Internet, promoviendo así actividades educativas inclusivas.
El cierre de escuelas, colegios, universidades y centros de capacitación durante la pandemia, que en sí mismo tiene la capacidad de revertir el progreso en el acceso a la educación – ha tenido efectos desiguales en los estudiantes, y los que se encuentran en áreas vulnerables y desfavorecidas se han visto afectados de manera desproporcionada.
Además, la pandemia ha tenido efectos tanto psicológicos como físicos en el bienestar de los niños. En muy poco tiempo, los estudiantes cuyas familias podían permitírselo se adaptaron a la “nueva normalidad” de la enseñanza y el aprendizaje en línea. Pero en muchos países africanos, los estudiantes se quedaron prácticamente fuera y tuvieron que quedarse en casa sin mucho apoyo en su educación.
El camino a seguir
Primero, los países de África deben implementar políticas de TIC ambiciosas en el sector educativo. Por ejemplo, existe la urgente necesidad de invertir en TIC para mejorar la enseñanza y el aprendizaje en las instituciones educativas en todos los niveles. Dicha inversión debe realizarse sobre la base de impulsar la infraestructura auxiliar como la electricidad, los edificios escolares y los recursos humanos. De esta manera, la inversión en TIC educativas debe verse como un “paquete” y no tratarse aisladamente de otras inversiones.
En segundo lugar, las empresas privadas podrían proporcionar TIC a las instituciones educativas como parte de sus modelos de negocio, de forma similar a poa! Internet en Kenia. La mayoría de las intervenciones privadas en el sector educativo en África se inclinan hacia la inversión en infraestructura de aulas, uniformes y libros de texto.
Por último, se debe realizar una investigación sobre los impactos de la pandemia en los resultados educativos en los países africanos y los mecanismos de supervivencia que se han adoptado. Esto proporcionará pruebas rigurosas para la formulación de políticas en los sectores educativos de estos países.