Los tratados de libre comercio tienen el poder de impulsar las economías y reducir la pobreza. Sin embargo, si se elaboran y aplican de manera incorrecta, podrían destruir los recursos naturales que sustentan el desarrollo sostenible. Este artículo explora las repercusiones del acuerdo sobre la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA, por sus siglas en inglés) para la biodiversidad de África.
Los Tratados de Libre Comercio (TLC), como la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA), pueden mejorar o perjudicar significativamente la conservación de la biodiversidad, según su diseño e implementación.
Es posible obtener resultados positivos. Los TLC pueden incitar a los distintos países a adoptar y aplicar normativas medioambientales conformes a los acuerdos internacionales, como el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Por ejemplo, el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), que incluye la base jurídica para el libre comercio entre los Estados miembros de la UE, también estipula que la política medioambiental de la UE promoverá «medidas a escala internacional destinadas a hacer frente a los problemas regionales o mundiales del medio ambiente».
Sin embargo, se plantean ciertas inquietudes cuando las prioridades económicas se priorizan por sobre los aspectos medioambientales. La expansión industrial en sectores como la agricultura y la minería conlleva riesgos de deforestación, erosión del suelo y contaminación del agua.
Disposiciones del AfCFTA con respecto a la biodiversidad
En estudios emergentes, se predijo que la AfCFTA incrementaría la actividad comercial entre los miembros, impulsaría la producción económica del continente y reduciría los niveles de pobreza. Por ejemplo, el Banco Mundial indica que el acuerdo aumentaría el PIB real del continente en un 7 %, lo que significaría un nivel de renta adicional para África de 450 000 millones de dólares en el año 2035. Del mismo modo, el valor de las exportaciones del continente podría alcanzar los 560 000 millones de dólares en 2035, y el valor del comercio intraafricano podría aumentar alrededor de un 29 %.
Las proyecciones sobre el aumento del comercio, el crecimiento económico y la reducción de la pobreza en el marco de la AfCFTA son esperanzadoras, pero el potencial impacto medioambiental debe evaluarse de forma crítica, sobre todo en cuanto a la biodiversidad.
A pesar de los abundantes y diversos recursos ecológicos de África, y del papel que desempeñan en el apoyo al desarrollo sostenible del continente, el AfCFTA contiene escasas disposiciones relativas al medio ambiente, lo cual significa pocas estipulaciones sobre el uso sostenible y la conservación de la biodiversidad.
Estas disposiciones están estrictamente definidas en los protocolos de la AfCFTA sobre Comercio de Mercancías, Comercio de Servicios y Resolución de conflictos. Las disposiciones permiten a los Estados Parte determinar sus propias políticas nacionales para la aplicación del tratado, incluidas las políticas medioambientales. Si bien las disposiciones fomentan la prioridad de la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible por parte de los Estados, carecen de cláusulas explícitas o compromisos firmes respecto a estos objetivos. Asimismo, los Estados no tienen la obligación legal de proteger el medio ambiente, lo que incluye la biodiversidad.
Al no contener cláusulas explícitas para la protección y el uso sostenible de la biodiversidad, el AfCFTA podría incrementar los incentivos económicos para explotar los recursos naturales de forma insostenible, lo que agravaría los efectos negativos sobre la biodiversidad y los ecosistemas.
¿Cómo han afectado otros tratados de libre comercio a la biodiversidad?
En investigaciones se muestra que la liberalización del comercio en general puede afectar tanto negativa como positivamente a la biodiversidad.
Desde un punto de vista positivo, liberar comercio puede facilitar la transferencia de tecnología, conocimiento y mejores prácticas relacionadas con la agricultura sostenible, la silvicultura y la pesca. Esto puede llevar a la adopción de prácticas que no dañan el medio ambiente, como técnicas agroforestales, los métodos de recolección sostenibles y la gestión pesquera basada en el ecosistema.
Por otra parte, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés), por ejemplo, contribuyó a la deforestación en México, ya que se amplió la producción agrícola y las actividades de tala para cumplir con la demanda de exportación. El TLCAN estuvo vigente desde 1994 hasta 2020 e incluía a Estados Unidos, Canadá y México. Incrementó el comercio agrícola y el desarrollo industrial, aunque se criticó la debilidad e ineficacia de sus acuerdos medioambientales paralelos a la hora de abordar la pérdida de biodiversidad y la degradación medioambiental.
Varios TLC negociados por la UE también recibieron críticas por sus impactos ambientales. El ultimo, el acuerdo comercial UE-Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) sigue enfrentándose a vientos en contra debido a la preocupación sobre la deforestación de la selva amazónica debido al auge de la demanda de productos agrícolas, como la carne de vacuno y la soja.
Estos ejemplos internacionales deberían ser valiosas lecciones para los responsables políticos y las partes interesadas que participan en la negociación y aplicación de la AfCFTA. Deberían alertarlos a la importancia de garantizar que el crecimiento económico y la expansión del comercio no se produzcan a expensas de la sostenibilidad medioambiental y la salud de los ecosistemas.
El impacto potencial del AfCFTA en la biodiversidad de África
Entre las posibles repercusiones medioambientales, en particular sobre la biodiversidad, del AfCFTA se incluyen las siguientes:
Extracción de recursos y deforestación: Las políticas de liberalización del comercio en África han provocado con frecuencia la explotación creciente e insostenible de los recursos naturales. La expansión de las industrias extractivasinducidas por el AfCFTA para satisfacer la mayor demanda de materias primas, como la minería y la tala, podrían acelerar la deforestación, la degradación de la tierra y la contaminación del agua, lo que amenaza aún más los puntos críticos de biodiversidad. Las prácticas de extracción de recursos que no son sostenibles pueden agravar la destrucción de hábitats y la pérdida de biodiversidad.
Intensificación de la agricultura: El aumento previsto en la producción agrícola para satisfacer la creciente demanda en el marco del AfCFTA puede conducir a la expansión de las tierras agrícolas a expensas de los hábitats naturales. La intensificación de las prácticas agrícolas, incluido el uso de agroquímicos y la agricultura de monocultivos, puede degradar la calidad del suelo, disminuir la biodiversidad y contribuir a la degradación de los ecosistemas.
Impacto en el cambio climático: La intensificación de las actividades económicas provocada por el AfCFTA podría agravar el cambio climático a través del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, la deforestación y el cambio en el uso de la tierra. El cambio climático plantea graves amenazas a la biodiversidad al alterar los hábitats, perturbar los ecosistemas y exacerbar las tasas de extinción de las especies.
Cambios en la dieta: Los efectos positivos del AfCFTA sobre el bienestar económico pueden indicar beneficios generales. Sin embargo, también debemos prever las repercusiones medioambientales perjudiciales vinculadas al aumento del nivel de vida, como los cambios en las preferencias alimentarias. En Nigeria, por ejemplo, en una encuesta de WildAid se demostró que el aumento del bienestar es un factor que impulsa la demanda urbana de carne salvaje, como pangolines y antílopes. El comercio de carne de animales salvajes amenaza directamente a la fauna salvaje al reducir la población de especies amenazadas, como se evidencia en la Amazonia peruana, el área protegida de África occidental y los parques nacionales de Tanzania, entre otros.
Conclusión
Las medidas estratégicas son cruciales para garantizar que los TLC como el AfCFTA promuevan el desarrollo sostenible y la conservación de la biodiversidad. Entre ellas se incluyen la ejecución rigurosa de las normativas medioambientales en vigor, la adopción de prácticas comerciales sostenibles y el diseño de acuerdos con sólidas disposiciones medioambientales.
Ante la ejecución poco rigurosa de la normativa medioambiental y las garantías inadecuadas en el marco de la AfCFTA, es posible que no se mitiguen los efectos medioambientales adversos del aumento del comercio y la actividad económica.
Resulta igualmente esencial integrar a las comunidades locales en los procesos de toma de decisiones, promoviendo un enfoque holístico de la conservación de la biodiversidad en el marco de los TLC.
Sin normas medioambientales rigurosas y mecanismos de cumplimiento, podrían prevalecer las prácticas insostenibles, lo que agravaría la degradación medioambiental y la pérdida de biodiversidad.